Ningún mercado delictivo africano supera al mexicano de acuerdo con el ENACT.
La naturaleza es saqueada; la fauna está expuesta a cazadores; la ciudadanía es víctima de abusos y violencia extrema, mientras que la policía, la aduana y los militares son cómplices de bandas criminales, otorgando concesiones, surtiendo armas y tolerando el narcotráfico.
Si bien los daños causados por el crimen organizado son extensos y profundos en el continente más pobre del planeta, ningún mercado delictivo africano supera al mexicano, de acuerdo con un estudio del programa patrocinado por la Unión Europea para mejorar la capacidad de respuesta de África ante la delincuencia organizada transnacional (ENACT).
El Índice sobre Delincuencia Organizada en África evalúa a México con una puntuación, de menor a mayor impacto, de 8.25 de 10 posibles, con lo cual ocupa la primera posición en al ámbito de mercados delictivos, un indicador compuesto por 10 actividades ilícitas, entre ellas tráfico de armas, cannabis y heroína, así como delitos asociados a los recursos no renovables, la flora y la fauna.
En el rubro de comercio ilícito de drogas sintéticas la puntuación es perfecta, mientras que en el dossier de tráfico de cocaína y contrabando de personas es de 9.5 y 9 puntos, respectivamente.
El proyecto ENACT es implementado en colaboración con Interpol y el Instituto de Estudios para la Seguridad (ISS, por sus siglas en inglés) con sede en Pretoria, Sudáfrica.
La edición 2019 está compuesta por 65 países, 11 de ellos no africanos, incluidos México, Canadá, Japón, Colombia, El Salvador y Filipinas, entre otros, que son seleccionados con fines científicos para mostrar un diversificado mosaico geográfico y étnico.
El estudio, además de evaluar los distintos mercados delictivos, toma en consideración a los actores criminales (cárteles de la droga, redes de tráfico, actores estatales y extranjeros), y la capacidad del Estado para responder.