Mira esta piedra. Mírala bien.
Es una piedra como cualquier otra piedra. La recogí al azar para que la miraras. No tiene nada de particular, aparte de tener quizá 100 mil años de edad. No sé si antes estuvo en el fondo de un océano o en las profundidades de un volcán. También ignoro cómo llegó aquí. No sé si estaba ya antes de que nosotros llegáramos o si la trajo anoche la corriente del arroyo.
En todo caso esta piedra es una maravilla.
No es piedra preciosa, pero aún así es preciosa. Todo en el mundo es una maravilla.
Todo ser y toda cosa son una maravilla.
Nosotros, tú y yo, somos también una maravilla.
Sólo que a fuerza de ver tantas maravillas hemos dejado de maravillarnos.
Es una lástima.
Vamos por la vida sin darnos cuenta de que estamos rodeados de prodigios.
Ante la naturaleza somos ciegos, y sordos ante su armonía.
Es una lástima.
¡Hasta mañana!...