En estos días Zapata se ha puesto muy de moda
El vocerío en torno del personaje y la zacapela subsiguiente los provocó un artista plástico que pintó al Caudillo del Sur vistiendo prendas femeninas sobre un caballo visiblemente dispuesto no a ser montado, sino a montar.
De cuando en cuando suelen presentarse esos pequeños escándalos que se desvanecen pronto igual que humo de pajas.
En el caso que me ocupa los que a sí mismos se dan el título de zapatistas deberían recordar el lema de su epónimo, que a más de pedir tierra demandaba lo que ahora los alebrestados usadores del nombre del caudillo niegan: libertad.
Zapata es una figura histórica, y pertenece a todos. A algunos podrá molestar tal o cual interpretación que se haga de su figura, pero eso no da derecho a nadie a usar violencia física como medio de protesta.
Zapatistas o no zapatistas vivamos todos en la concordia que deriva de la razón, y no en la agresividad que de la intolerancia nace.
Aquí paz y después gloria, decían nuestros abuelos.
Lo demás es lo de menos.
¡Hasta mañana!...