Por lo menos la mitad de la superficie de la República Mexicana está compuesta de zonas áridas de ahí la importancia de cosechar el agua para beneficiar la productividad agropecuaria de estas importantes zonas. (ESPECIAL)
La cosecha de agua en zonas áridas permite conservar y retener la cantidad máxima del vital líquido, para beneficiar el desarrollo productivo de cultivos y de la ganadería.
En México, las zonas áridas se caracterizan por recibir poca agua y tener una mala distribución de ella, no obstante se tienen alternativas que solucionan el problema con el objetivo de mantener un mejor uso en la conservación del agua para actividades agrícolas y ganaderas.
En estas zonas se han generado con éxito diversas técnicas, dentro de estas se encuentra cavar surcos sobre la tierra, levantar muros de piedras para el estancamiento del agua y canales de desviación, también abrevaderos, presas de mampostería o concreto, aljibes u ollas.
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) y la Comisión Nacional de Zonas Áridas (Conaza), desarrollan acciones de conservación de suelo y agua, que incluye entre otros proyectos la captación, conducción, almacenamiento e infiltración de las precipitaciones pluviales, en beneficio de las actividades agrícolas y ganaderas, principalmente, de traspatio.
Por lo menos la mitad de la superficie de la República Mexicana está compuesta de zonas áridas de ahí la importancia de cosechar el agua para beneficiar la productividad agropecuaria de estas importantes zonas.