Un sobreviviente de los interrogatorios afirmó que hasta el momento no ha recibido apoyo. (ARCHIVO)
Aún cuando se calcula que el saldo del movimiento estudiantil de 1968 fue de 78 muertos y 31 desaparecidos, sólo tres personas han realizado los trámites ante la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) y han sido reconocidas como víctimas por las acciones del Estado mexicano realizadas hace 51 años.
La Dirección General de la Asesoría Jurídica Federal de la CEAV indicó que el organismo cuenta con el registro de dos víctimas directas y una indirecta relacionadas con dicho acontecimiento.
En el oficio 0063300073019, la comisión indicó que a estas tres personas se les ha brindado representación jurídica, así como valoración socioeconómica con el objetivo de gestionar su reparación integral ante el Comité Interdisciplinario Evaluador.
"Se cuenta con el registro de dos víctimas directas y una indirecta relacionadas con dicho acontecimiento".
"A dichas víctimas se les han brindado representación jurídica y se les realizó una valoración socioeconómica, con la finalidad de gestionar su reparación integral ante el Comité Interdisciplinario Evaluador", indica el documento de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas.
Fuentes consultadas en el Gobierno federal comentaron que el que únicamente haya tres personas consideradas como víctimas responde a que muchos de los participantes del movimiento estudiantil, el cual cumple más de medio siglo, desconocen que pueden exigir ser incluidos en esa categoría y acceder así a los beneficios.
Burocracia frena accesos. Una de las tres víctimas reconocidas por la CEAV es Rodolfo Echeverría, quien sobrevivió a un interrogatorio realizado por Miguel Nassar Haro días después del 2 de Octubre de 1968. El hombre afirmó que hasta el momento no ha recibido ningún apoyo por parte de este organismo.
"No he recibido ningún apoyo hasta ahora. La institución sigue su dinámica burocrática igual", dijo.
En julio de 2018, Rodolfo Echeverría -quien pasó más de tres años en la cárcel de Lecumberri acusado de más de 10 delitos, como invitación a la rebelión, asociación delictuosa, sedición, daño en propiedad ajena, robo, despojo, acopio de armas, homicidio- comentó que exigía al Estado aceptar su participación en los hechos del 2 de Octubre de 1968, que quedara establecido jurídicamente y que se le entregara una compensación económica como reparación del daño.
"¿Cómo van a repararme tres años de cárcel?, ¿con una disculpa? No. Son tres años en los que mi familia pasó por angustia y problemas, tres años de encarcelamiento injusto. Si el Estado reconoce que cometió esas faltas, tiene que reponer esto", aseguró.
Funcionarios involucrados siguen sin ser investigados
En la masacre de la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco el 2 de octubre de 1968 estuvieron involucrados decenas de servidores públicos, quienes continuaron con sus funciones dentro de la estructura gubernamental, a pesar de que su nombre quedó ligado a la matanza.
Al menos 26 de los funcionarios que fueron protagonistas durante el movimiento estudiantil ocuparon distintos cargos y tuvieron diversos niveles de participación.
En los hechos, estuvieron relacionados Gustavo Díaz Ordaz, Ejecutivo en funciones, y Luis Echeverría Álvarez, secretario de Gobernación; los generales Marcelino García, secretario de la Defensa; Luis Gutiérrez, jefe del Estado Mayor Presidencial; Mario Ballesteros Prieto, jefe del Estado Mayor de la Sedena; Julio Sánchez Vargas, procurador General de la República; el jefe y subjefe de la policía del entonces Departamento del Distrito Federal, Raúl Mendiolea y Luis Cueto Ramírez; el director de la extinta Dirección Federal de Seguridad, Fernando Gutiérrez Barrios; el canciller Antonio Carrillo, y el regente de la Ciudad, Alfonso Corona del Rosal.
De los funcionarios, todos continuaron en cargos públicos y sólo cuatro fueron llamados a rendir cuentas ante la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado, creada por Vicente Fox. El único en prisión domiciliaria, Luis Echeverría, fue puesto en libertad y exonerado.