El discurso del presidente de la Reserva Federal (Fed) de EUA, Jerome Powell, el más esperado, tendrá lugar este viernes por la mañana. (ARCHIVO)
El concilio anual de los responsables de los principales bancos centrales del mundo en Jackson Hole (EUA), uno de los foros mundiales de debate más influyentes sobre política monetaria que se celebra desde 1978, arranca este jueves en medio de una creciente preocupación ante los indicios de una posible recesión económica.
El discurso del presidente de la Reserva Federal (Fed) de EUA, Jerome Powell, el más esperado, tendrá lugar este viernes por la mañana ante la selecta audiencia de banqueros centrales, en un momento de gran expectación después de que las alarmas sobre una potencial regresión se encendieran la semana pasada en EUA.
Los inversores esperan que Powell dé alguna pista sobre los próximos pasos de la Fed, después de que en su última reunión, en julio, los responsables del banco central estadounidense decidieran rebajar los tipos de interés hasta el rango de entre el 2 y el 2.25 %, aunque no está claro si lo hará.
Ese fue el primer recorte del precio del dinero en EUA en más de una década, ya que el anterior se produjo justo después de la aguda crisis financiera de finales de 2008.
Hasta el momento, la Fed ha definido la rebaja como un "ajuste de mitad de ciclo", evitando de este modo confirmar si se trató del comienzo de un ciclo prolongado de reducción de tipos que suele adoptar el banco central en momentos de recesión o en los que se espera una desaceleración continuada.
A nivel global, el simposio económico de Jacskon Hole llega con un panorama definido por la volatilidad de los mercados financieros, la escalada de la tensión comercial entre EUA y China, la amenaza de una guerra monetaria y la desaceleración del crecimiento económico mundial.
En un comunicado enviado a Efe, el director de investigación del banco suizo Julius Baer, Christian Gattiker, consideró que estas preocupaciones sobre el crecimiento están justificadas, ya que la situación en torno al comercio mundial es grave y hay muchos puntos geopolíticos críticos.
"Cuando los productores y los consumidores se sienten amenazados, tienden a diferir la producción y la compra y esto lleva a una desaceleración importante", argumentó el economista.
Pese al carácter académico del encuentro, la cita ha ido congregando cada vez más atención mediática, ya que ha sido aprovechada por varios predecesores de Powell, como Ben Bernanke o Janet Yellen, para adelantar importantes medidas, como el fin del programa de compra de deuda de la Fed o inminentes subidas de tipos.
La siguiente reunión de política monetaria del banco central estadounidense está prevista para el 17 y 18 de septiembre y en ella se presentarán las nuevas proyecciones macroeconómicas de Estados Unidos.
Nadie se atreve a vaticinar qué es lo que ocurrirá en ese encuentro de septiembre, pero el presidente estadounidense, Donald Trump, sí buscará presionar a Powell y sus colegas para que continúen con la rebaja del precio del dinero para impulsar la economía.
Este lunes, Trump pidió a la Fed que recorte en un punto porcentual sus intereses de referencia, una medida que normalmente solo se considera en casos en los que la economía se encuentra al borde de una recesión.
El mandatario ha llamado a Powell "despistado" y ha criticado en varias ocasiones la "falta de visión" del banquero al frente de la Fed, un gesto inusual entre los presidentes de EUA.
En medio de toda esta incertidumbre comienza la conferencia de este año en Jackson Hole, un exclusivo centro turístico en las montañas de Wyoming, y que lleva por título "Desafíos de política monetaria".
La lista completa de los más de 120 asistentes, que siempre se guarda con celo, aún no ha sido dada a conocer, pero se espera que el gobernador del Banco de Canadá, Stephen Poloz, y el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, entre otros, asistan a la gran cita de política monetaria que terminará este sábado.