Muchos de estos conceptos pasaron de un prototipo apantallador, pero impráctico. (ARCHIVO)
Entre quienes gustamos de los automóviles, una subespecie característica es "El Enciclopédico". Es aquel aficionado que acumula grandes volúmenes de datos como años de producción, nombre y origen de diseñadores, nomenclatura y etimología de modelos y sus predecesores conceptuales. En toda reunión buscará tornar la conversación hacia oscuras referencias sobre ruedas, arriesgándose a caer en el subviraje y ofuscarse cuando alguna de las personas concurrentes le responda con un "a mí me basta con que el auto me lleve del punto A al punto B".
Para esta especie de aficionado las referencias a épocas y conceptuales característicos son el corazón de su plática y, en este nido de información oscura, habitan los cuneiformes: estos autos afilados fueron parte de una tendencia en los setenta, en la cual la elegancia era sinónimo de una línea en agudo ángulo al frente.
Como en todo exceso de la moda, muchos de estos conceptos no pasaron de un prototipo apantallador, pero impráctico en la conducción diaria. Sin embargo, algunos de esos conceptuales sí llegaron a convertirse en producto de consumo, siendo pauta del diseño que aún perdura.
Para que la cuña apriete debe ser del mismo diseñador: fueron los creativos de la casa Bertone quienes propusieron durante varias décadas esta forma característica, como el propio fundador Nuccio, así como Marcello Gandini y Giorgieto Giugiaro, todos grandes maestros del diseño industrial, quienes aportaron a sus clientes esta pauta, además de inspirar a competidores en Europa, América y Asia.
Nos dimos a la tarea de compilar una selección de los autos "cuña" más oscuros y polémicos, conceptuales y de producción. Todos dignos de adornar en forma de póster los dormitorios de quienes, en su tiempo, fueran los chamacos de secundaria más audaces y hoy ya son abuelos.