Nicolás Guillén es recordado a 31 años de su muerte, que se cumplen este jueves. (ESPECIAL)
El poeta cubano Nicolás Guillén es recordado a 31 años de su muerte, que se cumplen este jueves, no solo por su trabajo poético sino por su marcado activismo político, vinculado a la demanda de justicia social y la reivindicación de la cultura negra dentro de los procesos de mestizaje y transculturación.
El poeta nacional de la Cuba revolucionaria participó en el movimiento afrocubano de los años 20, del siglo pasado, gracias a la influencia ideológica que se le inculcó en casa, en especial, por parte de su padre, un senador y periodista liberal.
Nicolás Cristóbal Guillén Batista nació el 10 de julio de 1902 en la capital de la provincia cubana de Camagüey, donde estudió y publicó sus primeros textos en la revista Camagüey Gráfico según la información del autor en la página de su fundación fguillen.cult.cu.
En 1922 ingresó a la Universidad de La Habana para estudiar la carrera de Derecho, pero al cabo de un año se salió para introducirse de lleno en la poesía, incluso, escribió Al margen de mis libros de estudio, poema sobre su deslucida estancia en la academia.
Tras volver de la facultad a su ciudad natal, comenzó a desarrollar la profesión de su padre, el periodismo, en trabajos como director y corrector de pruebas de la revista Lis y redactor en el diario El Camagüeyano, como encargado de su sección Pisto Manchego.
A los 27 años colaboró con el semanario Versos de ayer y hoy y en El Diario de la Marina, donde publicó poemas de su primer libro Motivos de son, cuyos versos se convertirían en el punto de partida para la poesía nacionalista en Cuba.
Dos años después, tras ganarse la lotería, tuvo la oportunidad de pagar la publicación de su libro Sóngoro cosogono donde condenó la opresión que se vivía en esos días, según la biografía que del autor publica la Enciclopedia Británica.
En 1937 realizó dos viajes que impulsaron su carrera. El primero fue rumbo a México para participar en el congreso organizado por la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios de México, donde conoció a Silvestre Revueltas (1899-1940), Diego Rivera (1886-1957) y Alfaro Siqueiros (1896-1974).
El siguiente consistió en una visita a España, en plena Guerra Civil (1936-1939), para ser partícipe en el II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura en Barcelona, Valencia y Madrid.
Tras su regreso se unió al Partido Socialista Popular, como miembro del Comité Nacional, por lo que fue perseguido, aprehendido y exiliado de su país, de 1953 a 1958, cuando se dio la caída del expresidente cubano Fulgencio Batista (1901-1973).
Se ocupó de temas liberales no sólo en América, también en África, cuya cultura musical adaptó en escritos que recrearon la canción africana y los ritmos de baile en forma literaria.
En 1951 publicó Elegía a Jesús Menéndez, homenaje al líder obrero cubano con quien mantuvo una fuerte amistad, ese mismo año, viajó a Praga y Viena en el marco del Consejo Mundial Por la Paz.
Durante el exilio, viajó por Europa y en Estocolmo recibió el Premio Lenin de la Paz.
Volvió a América, específicamente a Argentina, y al enterarse, en esas tierras, de la victoria revolucionaria, regresó a Cuba para publicar en Propósitos su soneto “Che Guevara”.
En 1979 difundió su Nueva antología mayor y dos años después su Obra poética en dos tomos; su trabajo, ha sido traducido a un gran número de idiomas y ha sido reconocido por personalidades de letras contemporáneas, según su fundación.
Falleció el 16 de julio de 1989, en La Habana, Cuba, y tras su defunción se editaron obras como Todas las flores de abril (1993), América. Sueña y fulgura, Cuba. En ala de nuestro tiempo y España. Al alcance del sueño (1995).
