Al menos veinte soldados murieron este miércoles y doce resultaron heridos en dos ataques reivindicados por el grupo yihadista Al Shabab en el sur de Somalia. (ARCHIVO)
Al menos veinte soldados murieron este miércoles y doce resultaron heridos en dos ataques reivindicados por el grupo yihadista Al Shabab en el sur de Somalia, informaron a Efe fuentes oficiales.
La primera acción tuvo lugar contra posiciones del Ejército Nacional Somalí y la fuerza ugandesa de la misión multinacional de paz de la Unión Africana en el país (AMISOM) en la ciudad de Qoryooley, a unos 120 kilómetros de Mogadiscio.
Cinco soldados somalís murieron y siete quedaron heridos, confirmó a Efe por teléfono el vicegobernador de la región de Lower shabelle, donde está esa ciudad, Abdifatah Haji Abdulle.
Los yihadistas causaron también importantes daños materiales, incluida la destrucción del principal puente de Qoryooley, edificado en 1954, lo que ha dejado aisladas a algunas zonas de la urbe.
El segundo ataque tuvo como objetivo la base militar de El Salini, a unos 60 kilómetros de Mogadiscio, donde el Ejército preparaba batallones destinados a liberar zonas controladas por Al Shabab.
"El ataque hoy de Al Shabab contra la base militar de El Salini causó trece soldados muertos en combate", dijo a Efe por teléfono el comisionado administrativo del distrito de Awdhegle (a unos 15 kilómetros de la base militar), Abdullahi Abukar.
"Otros dos murieron en el Hospital de Awdhegle", adonde fueron evacuados los heridos, que se cifraron en cinco, añadió Abukar.
Según el analista de seguridad Abdirashid Abdullahi, la capacidad de ataque de los yihadistas ha aumentado, mientras el Gobierno federal de Somalia, apoyado por la comunidad internacional, parece dirigir casi toda su atención a las elecciones que está previsto que se celebren este año o en 2021.
Al Shabab, grupo que se afilió a Al Qaeda en 2012, controla parte del territorio en el centro y el sur de Somalia y aspira a instaurar en el país un Estado islámico de corte wahabí (ultraconservador).
Somalia vive en un estado de conflicto y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barré, lo que dejó al país sin gobierno efectivo y en manos de milicias islamistas y señores de la guerra.
