Roethlisberger no siente más dolor en su brazo de lanzar. (AP)
El dolor crónico en su brazo derecho había sido compañero de Ben Roethlisberger por años. Ya no está ahí.
Así que el mariscal de campo de los Acereros de Pittsburgh no tendrá que mentirle al coordinador ofensivo Randy Fichtner cuando le pregunte cómo se siente. Tampoco tendrá que apretar los dientes en un intento por ignorar el problema cuando lance el balón en el campo.
MEJOR QUE ANTES
A la mitad de su décimo séptimo campamento de entrenamiento, Roethlisberger insiste en que su parchado codo no sólo hace el trabajo, si no que está probablemente en mejor condición que antes, y apunta a su activo calendario de práctica como prueba. El jugador que usualmente entrenaba un día sí, otro a media velocidad y luego descansaba otra jornada, ahora está saltando de ejercicio en ejercicio, sin problemas.
"Definitivamente le tengo que dar un poco de descanso, un día libre de vez en cuando por la fatiga y dolor general", dijo ayer Roethlisberger. "Pero es increíble lo rápido que se recupera y se siente bien al día siguiente".
Durante años, Roethlisberger lidió con un malestar en su brazo derecho y llegó hasta el punto en que Fichtner lo veía trabajando con su muñeca durante las reuniones para sentirse cómodo. Cada vez que Fichtner preguntaba sobre ello a Roethlisberger, el astro minimizaba el problema.
Aunque Roethlisberger no quiere atribuir a la lesión una baja de rendimiento, su velocidad con el balón desde que se puso el uniforme de los Acereros la semana pasada lo tomó un tanto desprevenido.