Testimonios. Mauricio Beuchot, Saúl Rosales, Nadia Contreras y Óscar Bonilla se expresan en esta festividad.
Fue el 12 de noviembre de 1980 cuando el Día Nacional del Libro se decretó en México. La fecha se legió debido al natalicio de Sor Juana Inés de la Cruz, considerada la máxima exponente de la literatura mexicana.
A través de los siglos, el libro ha sido uno de los principales dispositivos para transmitir conocimiento. Algunas civilizaciones lo han empleado para registrar sus mitos, tradiciones y aspectos de su cultura.
Para muchos también es un amigo, un acompañante que permite el acceso a mundos increíbles donde la imaginación se ejercita al ritmo de una narrativa. Su utilidad no conoce limitantes: tanto es herramienta de estudio como incluso puede emplearse como pasatiempo y así despejar la bruma de la rutina cotidiana.
Sea cual sea su uso, es innegable que el libro es un objeto clave para la existencia humana, un vehículo de información en cuyas páginas se ha registrado la historia. Es por eso que cuatro autores, amantes de La Laguna, festejan este día y comparten su visión literaria desde los enfoques de la filosofía, la narrativa, la poesía y las nuevas generaciones.
HERMENÉUTICA DEL LIBRO
Para el filósofo Mauricio Beuchot, el libro ha tenido una historia accidentada donde se han presentado varios cambios. Señala que la invención de la imprenta ocasionó una metamorfósis en la cultura. Esa visión la transporta al presente y la compara con las actuales transformaciones donde la pandemia de COVID-19 ha acelerado el desarrollo del libro digital.
"Eso también va a traer cambios en la misma cultura. Ya es algo que se ha comprobado, que el medio de transmisión del conocimiento ha afectado y modificado el tenor de producir la cultura misma".
Beuchot, quien lleva la hermenéutica analógica (una herramienta interpretativa) como uno de sus principales aportes filosóficos, reflexiona que la realidad también puede verse como un texto. Es decir, el libro es un dispositivo para interpretar el mundo.
En este año, el trabajo del filósofo ha sido acompañado por lecturas sobre el nuevo realismo, una corriente que se enfrenta a la posmodernidad y que encabeza el filósofo italiano Maurizio Ferraris. Beuchot también ha estudiado textos de pensadores más jóvenes, como los del alemán Marcus Gabriel.
Así, para el filósofo lagunero, es importante festejar el Día Nacional del Libro, puesto que la contigencia sanitaria ha afectado en demasía a la industria editorial, que atraviesa por una gran crisis.
"Tenemos que seguir promoviendo y defendiendo el libro en todas sus formas. Yo, aunque soy antiguo y viejo, no me cierro al libro en su forma virtual. El libro tiene que continuar y eso es algo que nos simboliza en el Día del Libro, porque es un símbolo para nosotros, igual que el libro es un símbolo para la humanidad".
NARRATIVA DE VIDA
Por su parte, el escritor Saúl Rosales, quien recientemente cumplió ocho décadas de vida, considera al libro como un vehículo sumamente importante de ideas, de conocimiento y de comunicación; el libro también le otorga cátedra al ser humano para poder comunicarse.
En cuanto al arte narrativo, el cual incluye novela, cuento, teatro y guion cinematográfico, Rosales considera que este modelo sintetiza las pasiones humanas y las expone mediante el código de la lengua escrita.
"De esta manera, el libro nos enseña las pasiones de otros y nos descubre nuestras propias pasiones (…) El libro también es un vehículo para encontrarnos o reencontrarnos con nosotros mismos".
Durante este año, Rosales ha leído obras sobre la Conquista de México y la época colonial. De su biblioteca personal ha elegido volúmenes como Vida de Hernán Cortés: La pluma de Christian Duverger o Malitzin: Una mujer indígena en la Conquista de México de Camilla Townsend. También resalta libros más antiguos como La Historia verdadera de la Conquista de la Nueva España de Bernal Díaz del Castillo, Las cartas de Relación de Hernán Cortés, La historia general de las cosas de Nueva España de Bernandino de Sahagún y obras de Bartolomé de las Casas.
Rosales enfatiza que no se debe olvidar el carácter amigable del libro como fuente de pasatiempo y entretenimiento. Algo que puede ayudar a soportar el confinamiento impuesto por la pandemia, pues la lectura motiva el despertar de la fantasía y el aumento del conocimiento.
"Hay que recordarle a la gente que el libro es un acompañante muy fiel, al que no se le acaban los datos ni la batería".
ALMA Y VERSO
Desde la mirada poética, Nadia Contreras explica que el libro es en sí una metáfora desde su constitución tangible o intangible, ya sea en su formato físico o digital. Su concepción como metáfora del mundo depende de algunas condiciones.
"Lo es, pero siempre y cuando el libro se abra. Nada dice en un anaquel, en una mesa, en un dispositivo electrónico cerrado, apagado. Sus páginas se abren y comienza el juego de la imaginación, de la seducción, de la reflexión. Claro, la metáfora no siempre será agradable o positiva, hay metáforas que nos estremecerán, o nos darán escalofrío; hay metáfora que nos tomarán de los cabellos, nos empujarán, nos abofetearán la cara. La historia de la humanidad es así y, los libros o ebooks, aún en su artificio, dejan constancia de ello. Un libro finalmente es la metáfora que nos hace humanos. Así lo afirma: Ted Cohen".
En sus lecturas destaca a poetas como Anne Sexton, Anne Carson y Anna Ajmátova, en cuyos versos se ha sumergido para empaparse de su métrica e interpretar su filosofía poética.
"Las mujeres, hoy como nunca, nos hemos vuelto visibles (mucho tienen que ver la tecnología, las redes sociales, las páginas web, los proyectos de difusión). Lo que falta, quizá, es que tanto hombres como mujeres nos acostumbremos a compartir, sumar fuerzas, a proponer en comunidad. El día que encontremos ese equilibro, realmente, cambiará el rumbo de la historia".
Por último, recalca el poderío del libro como transformador social y su aptitud para facilitar escapes hacia otras historias, otras ciudades y otras rutinas.
"El libro debe de celebrarse siempre. En tiempos difíciles como los que vivimos ahora, el libro y el ebook, son esa ventana hacia otro mundo; un mundo acaso, más tranquilo, más estable. Funciona como aliciente, como bálsamo, porque esas otras vidas nos empapan o nos envuelven".
JOVEN PLUMA
Finalmente, Óscar Bonilla, quien se perfila como una de las promesas literarias de La Laguna (recientemente fue acreedor al Premio Bellas Artes Juan Rulfo para primera novela 2020), vislumbra al libro como una medio artístico, por el cual los seres humanos pueden comunicarse de una forma capaz de enriquecer la vida de los lectores.
"La lectura permite ver más vicios de la experiencia humana que, a lo mejor, cuando estás viviendo el día a día, no reflexionas sobre ellos hasta que ves la misma experiencia reproducida en literatura".
En 2020, Bonilla se ha aventurado en la lectura de autores como la estadounidense Carson McCullers, una escritora que realiza exploraciones psicológicamente profundas, abordando la desesperación y la soledad. También se refiere a obras de William Shakespeare, John Steinbeck y de la poeta Anne Carson.
Respecto a la celebración del Día Nacional del Libro, el joven resalta el aporte de esta jornada al empuje de actividades literarias que se generaran en línea, puesto que estimulan la actividad de la lectura y el mercado del libro.
Para Bonilla, el papel que las plumas jóvenes tendrán a futuro respecto a la pandemia será reflexionar literariamente sobre lo sucedido.
"Creo que se necesita tiempo para mirar la situación en retrospectiva y poder escribir bien sobre ello en cinco o diez años. Ahorita los escritores deben experimentar lo que se está viviendo, vivirlo y no apresurarse a escribir sobre el tema".