La Agencia Espacial Europea (ESA) anunció la firma de un contrato de 482 millones de euros (585 millones de dólares) con el grupo Thales Alenia Space para desarrollar uno nuevo satélite de observación medioambiental dentro del programa Copernicus. (ARCHIVO)
La Agencia Espacial Europea (ESA) anunció la firma de un contrato de 482 millones de euros (585 millones de dólares) con el grupo Thales Alenia Space para desarrollar uno nuevo satélite de observación medioambiental dentro del programa Copernicus.
El lanzamiento de la misión, previsto en 2028, permitirá un seguimiento continuo día y noche del clima terrestre, los océanos y el hielo, y ofrecerá imágenes frecuentes de alta resolución.
El satélite tendrá una vida útil de siete años y medio y permitirá obtener información que los satélites actuales no permiten recoger en cuanto a bosques, cobertura terrestre y contaminación.
En su comunicado, la ESA explicó que vigilará también desplazamientos en la superficie terrestre, por pequeños que sean, y ayudará a detectar los peligros de las geoamenazas.
"Será una misión satélite clave para comprender mejor el cambio climático y simular su impacto en la humanidad", dijo en la nota de la ESA el director del programa de observación terrestre, Josef Aschbacher.
El ROSE-L se situará en una órbita polar a 690 kilómetros de distancia terrestre y la antena, fabricada por Airbus, será la más grande jamás construida, según la agencia espacial, con una medida de 11 metros por 3.6, el equivalente a diez mesas de ping-pong.
En total, 29 empresas industriales de quince países distintos estarán implicadas en la misión.