El análisis de restos fósiles humanos especialmente bien conservados permite establecer que el maíz 'empezó a tener una importancia creciente' en la dieta de las poblaciones de Mesoamérica hace unos 4,700 años. (ESPECIAL)
El análisis de restos fósiles humanos especialmente bien conservados permite establecer que el maíz "empezó a tener una importancia creciente" en la dieta de las poblaciones de Mesoamérica hace unos 4,700 años, según un estudio que publica la revista Plos.
El maíz fue domesticado a partir de la teosina, una planta silvestre en el suroeste de México, pero los antropólogos no habían sido capaces de determinar con exactitud a qué velocidad se produjo el proceso hasta convertirse en cultivo estable debido a la falta de evidencias directas de consumo.
Para determinar la presencia del maíz en la dieta antigua, el equipo midió los isótopos de carbono en los dientes de 44 esqueletos datados entre 9,600 y 1,000 años de antigüedad, y hallados en los montes Maya de Belice.
La investigación de las universidades estadounidenses de Nuevo México y California y la británica de Exeter usó la datación con radiocarbono, que revela que los restos de personas con más de 4,700 años "no mostraban evidencias claras de consumo de maíz y que su dieta se basaba en plantas silvestres, frutas y carne".
Sin embargo, la dieta se empezó a diversificar y algunos de los restos con una antigüedad de entre 4,700 y 4,000 años muestran que el maíz suponía hasta un 30 %".
Los restos más recientes, de menos de 4,000 años, señalan que el consumo de maíz suponía hasta un 70 %, lo que sugiere que ese alimento ya tenía "un papel importante, extendido y bien establecido como cultivo básico".
Uno de los firmantes del estudio, Keith Prufer, de la Universidad de Nuevo México indica que hay evidencias de que el maíz empezó a cultivarse hace unos 6,500 años en las tierras bajas mayas, más o menos al mismo tiempo que apareció a lo largo de la costa mexicana del pacífico, pero no hay evidencias de que fuera un grano básico en aquel momento.
El experto señala que el primer uso de plantas domesticadas de maíz pudo ser para realizar una especie de licor, pero esto cambió al coincidir la selección humana de las plantas con cambios genéticos en las mismas, lo que llevó a conseguir mazorcas más grandes.
Aunque existen indicios previos de su uso, "el maíz no parece haber sido un grano básico hasta hace unos 4,000 años antes del presente", momento tras el que la gente "no nunca dejó de comer maíz", según Prufer.
El aumento del consumo de proteína de maíz fue acompañado de una reducción de la de origen animal y el estudio muestra que, a media que había un mayor consumo, la agricultura asociada llevó a un aumento de la tala de bosques, las quemas y la erosión del suelo en las tierras bajas mayas.
El maíz se convirtió en un alimento básico de la dieta en una época de amplios cambios en la población continental, aumentos en la complejidad y la jerarquía social e importantes transformaciones ambientales posteriores.
Es probable, según los expertos, que la difusión de la agricultura del maíz en todo el continente americano estuviera vinculada a la difusión de culturas, tecnologías e idiomas distintos.
En la época en que se desarrolló la compleja civilización maya hace 2,000 años, esa planta "era fundamental para la vida y la cosmología, con su historia de creación que registra que los mayas están hechos de maíz", indica un comunicado de la Universidad de Exeter.
El experto de ese centro educativo Mark Robinson, que codirigió las excavaciones, explicó que los ambientes húmedos hacen que "sea extremadamente raro encontrar antiguos restos humanos tan bien conservados" en los trópicos.
El lugar de la excavación es, de hecho, el único enterramiento en la región tropical del continente americano usado de forma repetida durante 10,000 años, lo que dio a los expertos una "oportunidad sin precedentes para estudiar el cambio de la dieta durante un largo período de tiempo", explicó.