DICHOS DE SOR JUANA
FORTUNA Y AMOR,
DE COSAS TALES
LA PROPIEDAD NO HAN DADO,
SINO EL USO
No se debe pretender que cosas como la fortuna y el amor sean propiedad permanente, es lo que en prosa simple dice el adagio de Sor Juana que da título a este comentario. Es un sabio recordatorio el que hace La Americana Fénix, aunque difícil de aceptar; es sabio porque sin la pasión de la posesión inquebrantable se gana tranquilidad. Sin las ansias de la avaricia la vida transcurrirá en el bucólico valle de la serenidad. Sin embargo, la sociedad enseña a ser codicioso, a solazarse en la insaciabilidad de bienes. La publicidad del mercado de manera constante estimula la posesión, el usufructo de objetos materiales e inmateriales, y ello hace sentir que la posesión es un valor y éste ya instalado en la conciencia pretende no deshacerse de aquello que lo ha erigido como valioso y entonces difícilmente cabe en la conciencia la idea de que la posesión es transitoria, sobre todo en "bienes" como la fortuna y el amor.
De esas circunstancias aflora el conflicto. Duele pensar que sea perecedera la "felicidad" que aportan el amor y la fortuna. La Décima Musa en su condición de monja concibe la posibilidad de que todos piensen que esos bienes sean sólo de "uso" pasajero. Pero la instintiva apetencia no se deja vencer por las satisfacciones del desprendimiento. El rico y el enamorado se aferran a sus posesiones y pretenderán disfrutarlas toda su vida.
Se han escrito códigos religiosos, éticas que apelan al raciocinio, literatura moralizante con el propósito de que el ser humano modere o si es posible destierre su codicia de bienes materiales e inmateriales; y aquí ahora se reproducen los versos que para terminar un soneto, Sor Juana dice: "Fortuna y amor, de cosas tales / la propiedad no han dado, sino el uso".