En la entrega de bolos, juguetes y cobijas que organiza el DIF se reúnen decenas de personas incluyendo niños pequeños. (CORTESÍA)
El DIF visita comunidades rurales para hacer entrega de regalos y bolos, pero el problema es que provoca grandes aglomeraciones de personas de todas las edades, dejando de lado las medidas para prevenir contagios por COVID.
El pasado fin de semana se organizó la reunión en el poblado Sapioriz, donde hubo decenas de niños, madres de familia y otras personas que se congregaron sin la distancia social, o sana distancia, lo que pone en riesgo a toda la comunidad de contraer el COVID.
Los habitantes, con la ilusión de recibir un bolo, un juguete o alguna cobija, se reúnen en el punto acordado de manera previa y no todos traen su cubrebocas, además que se congregan en un pequeño espacio donde es muy factible contagiarse.
El fin del DIF es noble, pero el riesgo que hacen correr a los beneficiarios no compensa de ninguna manera las acciones que lleva a cabo la institución durante esta temporada decembrina.
Como es del conocimiento general, existe la probabilidad muy alta de que Durango retorne al semáforo rojo ante la gran cantidad de contagios que se siguen presentando en la gran mayoría de sus municipios.