LAGUNERO. Salvador Montenegro Chibli realiza esculturas en hierro forjado para honrar al desierto. (EL SIGLO DE TORREÓN / Erick Sotomayor)
Bajo un intenso sol lagunero, propio del mes de agosto, el escultor Salvador Montenegro Chibli colocó sus obras metálicas sobre la Plaza Mayor, con motivos de su exhibición llamada Arte en el desierto.
El artista mostró así sólo un pequeño porcentaje de la colección, que se compone originalmente de 60 piezas, mismas que representan figuras como peces y caballos hechos con material reciclable. El estilo de las obras raya en el surrealismo y en el steampunk inglés. Éste último consiste en hacer arte con piezas que representan los orígenes de la Revolución Industrial.
Los inicios de Montenegro Chibli se remontan a trabajos de carpintería, haciendo insertos de herrería forjada para sus muebles: ventanales, celosías y puertas antiguas transformadas en mesas de comedor.
Con el paso del tiempo, incursionó en el arte sacro elaborando cristos a partir de clavos de vía de ferrocarril, tornillos y cruces en hierro forjados. A la lista se añaden otras figuras como mantos de la Virgen María.
Fue en la última década cuando la exploración escultórica de Salvador tomó una perspectiva más profunda.
"Esto sucedió poco a poco, cuando vi cómo iba evolucionando en el arte de la forja y eso me fue llevando. Pienso que en esta vida, cuando tienes un gusto por algo, si sabes oír a tu interior, tenemos cosas muy interesantes los seres humanos en nuestro interior, cuando empiezo a incursionar en el hierro forjado, empiezo a ver que puedo crear pequeñas esculturas".
En este camino, el escultor emprendió el paso a galope y comenzó a crear caballos, ya que su interés en la raza equina radica en que forman parte de su vida desde muy pequeño.
"El caballo, para mí, es un símbolo de inteligencia, de poder. El caballo a través de la evolución del mundo y de nuestra historia, ha sido pieza fundamental tanto a nivel mundial como nacional. En las guerras de la Independencia y de la Revolución, el caballo fue un instrumento bélico y de paz, de creación, de cultivo, de recreación, que hasta el momento siguen presentes".
En su colección, destacan obras como el Caballo Acorazado, realizado a partir de un diseño medieval que protege su crin, pero que en su cuello guarda los acentos de la Revolución Industrial a través de engranes que le otorgan la esencia de un caballo-máquina.
Otra de las esculturas también presenta engranes, además de cadenas y resortes. Asimismo parecen la forja y la fragua en figuras coloniales que solían ser utilizadas para hacer rejas, puertas o ventanales. La placa industrial y las piezas automotrices dotan de presencia a la composición.
En la exhibición, destaca un gran caballo retozado elaborado con un 85 por ciento de piezas recicladas de cobre, metal, y varilla. El tiempo empleado para esta creación fue de cuatro meses.
Salvador no altera el color de los materiales, sino que trata de conservarlo para que dote de identidad a la escultura y le transporte su esencia.
"Aún uso la forja, la cual es una charola de carbón donde pones carbón mineral y con un soplador a presión, una vez que lo prendes, empiezas a hacer que el carbón tenga una combustión y se levanten bastantes grados centígrados. Una forja levanta mil 200 grados centígrados".
En otra sección, un pez aparece con un relieve como si realmente estuviese integrado por una maquinaria. El creador especifica que se trata de su motor, como si simulara el sistema nervioso de un ser vivo.
Para Salvador Montenegro Chibli, es importante utilizar los escenarios naturales del desierto lagunero al momento de exponer sus obras. Gustoso por la aventura, sube a su camioneta y recorre las carreteras en busca de un paraje idóneo donde coloca algunas de sus piezas. Después enfoca la cámara de su teléfono celular y sube el resultado fotográfico a su perfil de Instagram.
"Ahorita en esta temporada de Covid-19, no hay exposiciones, no hay nada, no podemos reunirnos, entonces dije que iba a presentar mis obras en redes sociales e hice esta exposición llamada Arte en el desierto".
Para el próximo año, entre sus metas se encuentra asistir a una exposición de arte con chatarra que se realiza en Qatar. También se prepara para la muestra Sculpture by the sea, efectuada en Sydney, Australia y planea viajar a lugares de Nuevo México para llevar su arte.