Luis Echeverría Álvarez, presidente de la República de 1970 a 1976, cumple este viernes 98 años de edad, que celebrará en su casa familiar de San Jerónimo Lídice, en la Ciudad de México. (ARCHIVO)
Luis Echeverría Álvarez, presidente de la República de 1970 a 1976, cumple este viernes 98 años de edad, que celebrará en su casa familiar de San Jerónimo Lídice, en la Ciudad de México.
En este nuevo año de vida, Echeverría Álvarez se mantiene con mente lúcida y en la celebración estará acompañado de sus hijos y nietos, informó Mauro Jiménez Lazcano, quien fue subsecretario de Información en el sexenio echeverrista.
Propenso a enfermedades respiratorias, Echeverría Álvarez, en esta ocasión goza de salud estable, reporta su familia. Indicaron que el político ha seguido por los medios de comunicación los cambios sexenales, entre ellos las dos derrotas del PRI, en 2000, 2006 y 2018.
Al arribo a la Presidencia de la República de Andrés Manuel López Obrador, Echeverría Álvarez visitó al mandatario federal, Enrique Peña Nieto, ya en los últimos días de noviembre, y pidió dar un recorrido por la residencia.
En años recientes, Echeverría ha sido festejado por hijos, nietos y bisnietos, quienes conviven con él en la casa que ha ocupado desde los años cincuenta. En distintas ocasiones sale a comer a restaurantes el político que fue el líder de una generación de la que hay representantes en la vida pública, como el diputado Porfirio Muñoz Ledo, la senadora Beatriz Paredes Rangel y el funcionario del gobierno federal, Ignacio Ovalle.
En una ocasión reciente, el expresidente priista comió en un restaurante tradicional de cocina mexicana ubicado en el centro de la Ciudad de México, acompañado de su secretario particular, Jorge Nuño, así como de Mauro Jiménez Lazcano, y de dos amigos más.
Aunque fue un político de tiempo completo, con jornadas de trabajo de por lo menos 14 horas, de reuniones, audiencias y contacto con la gente, desde su arribo a la Presidencia, Echeverría fue homenajeado por las clases populares, campesinas y de la política.
Ya en el retiro, Echeverría registró acusaciones en su contra por los hechos de 1968 en Tlatelolco y del Jueves de Corpus ("Halconazo" de 1971) y resintió que se le declarara en prisión domiciliaria, en junio de 2006; estatus del que fue absuelto una semana después.
Resintió una segunda causa en su contra por genocidio en ambos momentos, que culminó en que se le dictara auto de formal prisión. Un tribunal dictó la suspensión definitiva de ese auto, y en 2009 se decretó su libertad absoluta, de la que goza en la actualidad.
En un recuento de su obra como Presidente, se destaca que logró el establecimiento de 200 millas de Mar Patrimonial de México, la creación del Infonavit y la Procuraduría del Consumidor, que rescató el agua del Río Colorado para Mexicali, que estableció las relaciones de México con la República Popular China y logró la aprobación en la ONU de la Carta de Derechos y Deberes Económicos de los Estados, entre otros temas.
De acuerdo con Jiménez Lazcano, Echeverría dio cuenta de que en política internacional, estableció relaciones diplomáticas con el Vaticano, durante el reinado del Papa Paulo VI, a quien visitó en la Basílica de San Pedro.
"Invitó a numerosos Jefes de Estado a visitar nuestro país, entre ellos a la Reina Isabel II del Reino Unidos y de los otros reinos de la Mancomunidad de Naciones; al presidente Salvador Allende, de Chile; al Mariscal Tito, de Yugoslavia; y visitó a países de África, Europa, Cercano Oriente, Asia, incluyendo la India, China y Japón", señaló el colaborador de Echeverría.
Señaló que estableció relaciones económicas con Arabia Saudita, Ceylán y desarrolló lazos estrechos con Israel, Alemania, Francia, Italia y la entonces Unión Soviética, además que reanudó relaciones amistosas con diversos países.
En visitas a la Casa Blanca, con el presidente Richard Nixon logró la devolución del agua del Río Colorado a los agricultores mexicanos de Mexicali.
Sobre esta devolución, recordó Jiménez Lazcano, Echeverría pronunció un discurso ante el Capitolio, en sesión conjunta de senadores y diputados de Estados Unidos, en la que los conminó a arreglar los asuntos con un país amigo como México, lo cual aplaudieron, aceptaron y pusieron en práctica.
Fue el primer Presidente mexicano que habló ante la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU), logrando la aprobación de la Carta de los Derechos y Deberes de los Estados y el reconocimiento como miembro de ese organismo de la gran República Popular China, ya que el lugar lo ocupaba el país de Taiwán, añadió el colaborador presidencial.