Los jugadores del Ferencvaros festejan luego de que el equipo regresará a la Champions League luego de 25 años de ausencia. (EFE)
El Ferencvaros húngaro puso fin a veinticinco años de espera y volverá a disputar la fase de grupos de la Liga de Campeones, tras certificar ayer su presencia pese a igualar 0-0 en casa con el Molde noruego.
Un empate que hizo valer los tres goles que el conjunto magiar anotó en la ida, donde los de Serhiy Rebrov, lograron un valioso empate (3-3), en choque en el que tras adelantarse por 0-2, el Ferencvaros acabó empatando con un gol de penalti a tres minutos para el final.
Mucho menos movido estuvo el encuentro de vuelta, en el que a los dos conjuntos pareció pesarles en exceso la posibilidad de "colarse" entre los grandes del fútbol continental.
De hecho, los primeros cuarenta y cinco minutos se cerraron sin claras ocasiones de gol ni para el Ferencvaros, ni para el Molde.
Los temores se fueron disipando con el correr de los minutos, especialmente en el caso del equipo noruego, que, obligado a marcar, comenzó a buscar con cada vez más ahínco la portería del Ferencvaros.
De hecho, el Molde dispuso de un par de buenas ocasiones para marcar el gol que le hubiera otorgado la clasificación, pero ni Erik Hestad, que se encontró con el portero local, ni Ola Brynhildsen, a dos minutos para el final, lograron anotar.
Todo un alivio para el Ferencvaros, que veinticinco años después volverá hacer sonar el himno de la Liga de Campeones en la capital húngara.
Mucho menos ha tenido que esperar el Dinamo de Kiev, que cuatro años después, volverá a disputar la fase de grupos de la máxima competición, al derrotar 3-0 a un Gante, al que se impuso por 2-1 en el encuentro de ida.
Por su parte, el Olympiacos griego, un habitual en la máxima competición continental, disputará por segundo año consecutivo la fase de grupos tras hacer valer el 2-0 de la ida, luego de empatar ayer 0-0 en su visita al campo del Omonoia chipriota.