El origen de las piedras del monumento megalítico de Stonehenge (Inglaterra) ha sido una cuestión debatida durante siglos, pero un nuevo estudio indica que la mayoría de las de mayor tamaño parecen compartir un origen común que estaría situado a 25 kilómetros, en West Woods, en el condado de Wiltshire. (ARCHIVO)
El origen de las piedras del monumento megalítico de Stonehenge (Inglaterra) ha sido una cuestión debatida durante siglos, pero un nuevo estudio indica que la mayoría de las de mayor tamaño parecen compartir un origen común que estaría situado a 25 kilómetros, en West Woods, en el condado de Wiltshire.
Un estudio que publica Science Advances ha analizado la composición química de los grandes bloques de arenisca, llamados "sarsens", que conforman el monumento, erigido entre finales del Neolítico y principios de la Edad del Bronce.
El monumento está formado por grandes piedras de arenisca, que pesan hasta 25 toneladas, a la que se refiere el estudio, y otras más pequeñas conocidas como piedras azules porque su composición tiene un tono azulado, las cuales no se recogieron localmente.
El equipo usó la geoquímica de datos para demostrar que 50 de las 52 grandes piedras del monumento comparten una química consistente, de lo que se puede inferir que tienen un origen común e identificaron el bosque de West Woods, como "la zona más probable".
Los hallazgos apoyan la teoría de que las piedras fueron llevadas a Stonehenge "más o menos al mismo tiempo", lo que contradice una teoría anterior que apuntaba a que una de ellas, conocida como "piedra del Talón" tenía su origen en las inmediaciones del monumento y se erigió antes que las otras, señala un comunicado.
Los resultados también pueden ayudar a los científicos a identificar la ruta que los constructores del monumento habrían tomado para transportar las enormes rocas hasta Stonehenge.
"Ha sido muy emocionante usar la ciencia del siglo XXI para entender el pasado neolítico y responder a una pregunta que los arqueólogos han estado debatiendo durante siglos", señala David Nash, de la Universidad de Brighton (Reino Unido) y uno de los firmantes del estudio.
Para saber de dónde procedían las rocas del gigante, el equipo uso diversas técnicas para caracterizar inicialmente su composición y variabilidad química, además analizaron una serie de rocas de arenisca procedentes de todo el sur de Gran Bretaña.
Con ello, el equipo pudo señalar los bosques de West Woods como "el primer hogar" de los sarsens.
Las razones por las que los constructores del monumento eligieron ese lugar sigue siendo un misterio, aunque los investigadores sugieren que el tamaño y la calidad de las piedras y la facilidad con la que pudieron acceder a ellas, pueden haber influido en la decisión.