La vivienda. En el número 19 de la Calle de la Loma, al sur de la Ciudad de México, se encuentra la casa que habitó García Márquez.
Cuando una obra literaria trasciende y el escritor salta a la fama, se habla de la historia, de los personajes, de la corriente literaria, y demás cuestiones, pero poco suele decirse de la atmósfera que abrazó al autor mientras tecleaba las páginas del compendio.
Cien años de Soledad es una de las novelas con más trascendencia mundial y pocos saben que Gabriel García Márquez la escribió luego de renunciar a su trabajo como editor y redactor de frases para la publicidad, y que se encerró en una casa al sur de la Ciudad de México durante 18 meses para poder concluirla.
Y todavía menos se imaginan que un tal Luis Coudurier detuvo el cobro del arrendamiento de la vivienda al Gabo, al que le permitió habitarla hasta la conclusión de la afamada novela, aunque este no tenía ni idea de que sería un Boom.
Lo anterior fue relatado por Geney Beltrán, coordinador ejecutivo de la Casa Estudio Cien años de Soledad, quién explicó que la vivienda en la que habitó el genio de Márquez fue donada por Laura Coudurier (hija de Luis Coudurier) desde el mes de febrero del año en curso, esto con el propósito de respetar la promesa que su padre le hiciera al Gabo de convertir el lugar en un espacio para fines literarios.
Es con esta donación, dijo Beltrán, que la Fundación para las Letras Mexicanas (FLM) entró en funciones en la gestión de actividades encaminadas a la escritura.
Sobre la importancia fundamental del hecho de que se rescatara la casa en la que se creó el mundo de Macondo, Geney Beltrán mencionó que en primer término se trata de un homenaje permanente a un escritor, que aunque colombiano, hizo de México su casa.
"Además es el espacio en el cuál él tuvo la calma, la dedicación y la concentración para escribir la obra que lo consagró y que muy probablemente le valió el Premio Nobel de Literatura. Por un lado se trata de un hecho de justicia de parte de la cultura mexicana a un escritor colombiano que ha sido muy importante, no sólo en el marco de la literatura hispanoamericana, sino Universal, porque Cien años de Soledad es uno de los clásicos indudables de la literatura de todos los tiempos".
ACTIVIDADES
Luego de someterla a trabajos de rehabilitación, pues la casa siguió siendo habitada por otros inquilinos luego de que García Márquez y su familia se mudaran a Barcelona, por fin se echaron andar las primeras actividades que tienen que ver, por ahora debido al COVID-19, con un ciclo de conversaciones literarias digitales que se realizarán los jueves durante el mes de noviembre (las primeras se realizaron el día de ayer).
"La Casa Estudio cien años de soledad busca dar espacio a muy distintas corrientes dentro del campo de la literatura, es decir, vamos a atender los distintos géneros literarios: la poesía, el cuento, la novela, el ensayo, la dramaturgia, etcétera".
El coordinador ejecutivo de la Casa Estudio Cien años de Soledad ofreció una descripción del lugar el que, dijo, se compone de dos plantas, "cuenta con un jardín en la entrada. La planta alta tiene tres habitaciones que eran las del matrimonio y sus dos hijos. Esas habitaciones se han convertido en áreas de trabajo para escritores. En la planta baja está lo que hemos llamado coloquialmente El santuario, que es el estudio en el cuál García Márquez se encerró 18 meses a escribir todos los días todo el día, ese lugar será dedicado como un pequeño espacio para conservar una biblioteca relacionada con la propia obra del autor".
Asimismo, Beltrán puntualizó que el área principal de la vivienda que era la sala de estar, se convirtió en una sala de conferencias que por el momento estará inactiva por la pandemia, debido a que se trata de un lugar reducido en el que no es posible respetar las medidas sanitarias que se han estado dictando.
Por ello, invitó a acceder al Facebook: Casa estudio Cien años de soledad para que los interesados puedan seguir las actividades y las conferencias que reavivan el espacio en el que aparte de habitar el Gabo y su familia, también se alojaron los Buendía.