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Beethoven

Hace 250 años nació Beethoven

El compositor alemán es uno de los grandes genios musicales

Genio musical. Beethoven, en su más conocida imagen, óleo realizado por Joseph Karl Stieler en 1820.

Genio musical. Beethoven, en su más conocida imagen, óleo realizado por Joseph Karl Stieler en 1820.

DOMINGO DERAS TORRES

¿Por qué ha fascinado por generaciones su música? ¿Qué hubiera sido de la humanidad sin Beethoven? Se habría quedado desde luego, como hasta hoy los tiene, con esos grandes genios del pentagrama clásico como Juan Sebastian Bach, Wolfgang Amadeus Mozart y otros célebres compositores más que han deleitado por siglos a la humanidad.   

Nueve sinfonías, cinco conciertos para piano y orquesta, 32 sonatas, una ópera y dos misas, constituyen las principales obras de un vasto repertorio musical que consagraron a Ludwig Van Beethoven como el compositor que revolucionó la música clásica durante las primeras tres décadas del siglo XIX.

Aunque realizó su primera composición a la edad de 11 años, en 1781, con su obra Nueve Variaciones para Piano Sobre una Marcha de Dressler, los musicólogos han señalado que fue en el arranque de la centuria decimonónica cuando el talentoso compositor alemán logró imprimir a su música un sello incomparable, personalísimo, inconfundible y único.

INFANCIA DE MALTRATOS Y SU PRECOCIDAD MUSICAL

Aunque ha sido señalada como su fecha de nacimiento el 16 de diciembre de 1770 en Bonn, Alemania, algunos de sus biógrafos han alegado que no se conoce con exactitud el día en que nació, al no existir un documento original que así lo avale.

Su acta de bautizo está fechada el 17 de ese mismo mes y año, ceremonia que se realizó en la iglesia de San Remigio, en Bonn.

Hijo de Johan Van Beethoven y de María Magdalena Keverich, el autor de la archifamosa Novena Sinfonía, fue el segundo de siete hermanos de los que el primero llevó el nombre Ludwig María Van Beethoven (1769) y murió a los seis días de nacido.

De esos siete hermanos solamente sobrevivieron Ludwig, Kaspar Anton Karl y Nikolaus Johan. Impresionado por la resonante fama de que Mozart había sido un infante prodigio, Johan su padre, que era tenor y director de la orquesta de la corte de Bonn, quiso que su hizo lograra lo mismo. Le dio sus primeras clases de música instruyéndolo en el piano, el órgano y la viola, se empecinó convertirlo en una réplica del famoso compositor de Salzburgo.

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Johan Van Beethoven era alcohólico compulsivo y parrandeaba en tabernas de la localidad, al finalizar muchas de esas borracheras en la cantina invitaba a sus amigos a continuar bebiendo en su casa hasta altas horas de la noche y despertaba al pequeño Ludwig para que les tocara el piano, abuso paterno que le provocó sufrimiento.

Christian Gottlob Neefe, su maestro de música cuando tenía once años de edad, fue de sus mentores el que más influyó en su educación; lo ilustró en las creaciones de Bach. Beethoven siempre sintió un gran aprecio y respeto por él. Neefe al descubrir las excelencias del talento de su alumno, dijo: "Si continúa así, como ha comenzado, se convertirá en un segundo Mozart".

Sus amigos los Von Bruning, le tuvieron especial aprecio y le abrieron las puertas de su hogar donde había una gran biblioteca, allí leyó diversas obras de la literatura universal demostrando su adicción a la poesía y por las ediciones de William Shakespeare.

SU LLEGADA A VIENA

Viena era la meca de la música clásica en los tiempos de Beethoven. Muchos músicos de la época soñaban con viajar a esa elegante ciudad para estudiar, realizar y presentar sus composiciones, ganar sustanciosas cantidades de dinero y volar a los cielos de la fama inmortal.

La culta corte de los Habsburgo estimuló el desarrollo del arte musical en la Viena imperial. Durante los siglos XVIII y XIX, compositores como Beethoven, Mozart, Schubert, Haydn, Brahms y la Dinastía de los Strauss, vivieron y triunfaron en la capital de Austria.

Hombre decidido y de espíritu arrojadizo, Beethoven viajó a Viena donde fijó su residencia patrocinado por el conde Waldstein, tomó clases con Joseph Haydn quien era el más relevante compositor de la época; maestro y alumno llegaron a discutir por sus diferencias musicales. Siempre fue polémico en sus relaciones humanas.

En 1787 falleció su madre María Magdalena y tuvo que regresar a Bonn para hacerse cargo de la manutención de sus hermanos menores, el alcoholismo de su progenitor se había agudizado y fue encarcelado, murió en 1792. En este año regresó a Viena a retomar su carrera de compositor.

DE CONTENCIOSO TEMPERAMENTO

El perfil psicológico de Beethoven era el de un hombre de carácter tempestuoso. Los recuerdos de su sufrida infancia, el alcoholismo y la prisión de su padre, la muerte de su amada madre María Magdalena, sus fracasados enamoramientos y su irreversible sordera, lo indujeron a padecer violentos estados de ánimo y a la soledad.

Sus cambios de domicilio en Viena fueron muy frecuentes al tener altercados con sus arrendadores y vecinos, golpeaba las paredes y taconeaba los pisos en los momentos en que le llegaba la inspiración musical, con frecuencia tocaba el piano casi hasta el amanecer interrumpiendo el sueño del vecindario.

Muchos de sus contemporáneos lo calificaron de misántropo porque vivió en la soledad, le gustaba ir al campo a realizar solitarias caminatas en contemplación paisajística, sabía que la gente lo juzgaba como un hombre arrogante y agresivo, vivió alejado de los espacios participativos y su convivencia social era cuando ofrecía conciertos.

LOS MALDITOS ACÚFENOS

Han anotado sus biógrafos que Beethoven empezó a experimentar zumbidos extraños en su oído en 1798. Eran los efectos de la enfermedad auditiva llamada Tinnitus, consistente en escuchar sonidos que no provienen del exterior y también llamados acúfenos, generados en el oído interno: Sordera progresiva.

Empezó a tener dificultad para escuchar la conversación de sus interlocutores, éste fue uno de sus primeros y dramáticos síntomas, en su afanosa búsqueda para combatir la sordera leyó bibliografía medicinal sobre acústica y homepoatía.

En 1802 alquiló una finca balnearia en Heiligenstadt, localidad en las afueras de Viena, se retiró por tres meses en plena crisis existencial por su sordera. Buscó afanosamente combatirla y recuperar su audición.

Allí recibió baños y dietas que se basaron en líquidos, fue objeto de diversos y adoloridos exámenes, le aplicaron unguentos hechos con rábanos y aceites de almendras en sus dos oídos. Todo fue en vano, su enfermedad fue inexorable, los tratamientos no surtieron efecto y cayó en una aguda depresión; su aislamiento se intensificó.

Para 1812, su sordera era del conocimiento público y aceleró su carácter irascible, en 1814 ordenó cuatro prótesis auditivas de diferentes modelos para poder escuchar mejor. Estos artefactos para su oído se encuentran en su casa-museo de Bonn y están a la vista del público visitante.

Cuando fue cuestionado de cómo se las ingeniaba para componer sus grandiosas obras musicales, en plena sordera, contestó que con su propia imaginación podía identificar las notas del pentagrama y cada uno de los instrumentos de una orquesta sinfónica. Así creó sus más esplendentes composiciones.

DESAFORTUNADO EN EL AMOR

Su amigo de la infancia, el doctor Franz Wegleer, asentó que "Beethoven se enamoraba, pero nunca salía bien". Jamás contrajo matrimonio. Los que lo conocieron describen su fisonomía como la de un hombre de aproximadamente 1.62 metros de altura, melena desaliñada color azabache, vestía ropa vieja, era de tez morena y picada de viruela (cacarizo).

Al tener demanda sus obras musicales entre la aristocracia de Viena, convivió con mujeres de la nobleza de las que se enamoró, una de ellas fue la condesa Josephine Von Brunsvick a quien conoció en 1799 y fue su alumna.

Josephine accedió a entrevistas fuera de clase con Beethoven, intercambiaron cartas amorosas y fue presionada por su familia para dejarlo al verlo como un plebeyo, contrajo matrimonio con el conde Joseph Deym. El músico de Bonn se reencontró con ella en años posteriores y le sentenció: "Condes hay muchos, y siempre los habrá, pero Beethoven sólo hay uno".

En 1801 conoció a la condesa Giulietta Guicciardi de quien también se enamoró, le dedicó su sonata número 14 y que Beethoven denominó Quasi una Fantasía, años después y ya fallecido su autor el poeta y crítico musical Ludwig Rellstab le impuso el nombre de Claro de Luna que finalmente le quedó.

Los beethovenianos han referido que su sonata número 23, La Appassionata, revela en sus pasajes violentos el explosivo carácter del músico alemán que arrastró frustraciones amorosas, convulsas derrotas emocionales y la soledad en que vivió hasta su muerte.

MECENAZGOS POR SU TALENTO DESBORDANTE

A diferencia de otro compositores como Bach, Haydn y Handel que crearon sus obras musicales al servicio de un príncipe, un rey o la iglesia, Beethoven logró conseguir diversos patrocinadores que lo apoyaron financieramente para realizar sus obras musicales. Así logró más independencia en comparación de aquéllos y componía en su casa.

Sus mecenas constataron el gran talento que tenía para producir obras musicales de alta calidad. Beethoven trabajaba tres o cuatro obras al mismo tiempo, no terminaba una cuando ya había empezado otras más, fue un autor sumamente creativo, dinámico y prolífico.

El numen de su inspiración fue la belleza de las mujeres, los mágicos paisajes de la naturaleza y las tragedias emocionales de su vida. Su implacable sordera nunca pudo doblegar su apasionada creatividad musical.

Personajes de la nobleza europea fueron sus admiradores y mecenas como el archiduque Rodolfo de Austria, el príncipe Karl Alois Lichnowsky y el conde Ferdinand Von Waldstein, a quienes agradecido les dedicó algunas de sus obras.

Para la mayoría de sus fanáticos la Novena Sinfonía es la obra cumbre de sus composiciones, la partitura original de esta magistral creación fue inscrita en el Registro de la Memoria de la UNESCO, Beethoven tuvo la brillante idea de incluir en ella un pasaje poético del literato Friedrich Von Schiller.

La Novena Sinfonía de Beethoven fue interpretada en la Navidad de 1989 a la caída del muro de Berlín en concierto dirigido por Leonard Bernstein, sus notas musicales fueron transmitidas por la radio alemana al anunciar el suicidio de Adolfo Hitler en 1945, es el Himno de la Unión Europea desde 1985 al adoptarla como el cántico que proclama los ideales de libertad, paz y solidaridad.

Ludwig Van Beethoven falleció el 26 de marzo de 1827, entre los truenos de una tormenta eléctrica semejantes a varios pasajes vibrátiles de sus composiciones, su multitudinario cortejo fúnebre estuvo integrado por cerca de 20 mil personas. Existe una imagen de su sepelio que fue realizada por el grabador austriaco Franz Xaver Stober.

Entre el gentío se encontraba su atribulado amigo Franz Schubert. Las causas de su fallecimiento siguen en la polémica, originariamente se dijo que fue por una insuficiencia hepática, estudios posteriores explicaron que fue por una sobredosis de plomo procedente de factores externos. La duda sigue en el aire.

LA PANDEMIA CANCELÓ LOS FESTEJOS EN SU HONOR

Desde el pasado año 2019 instituciones públicas y privadas de Alemania y de otros países, habían planeado celebrar en este 2020 el 250 Aniversario del Nacimiento de Beethoven con conferencias, exposiciones y conciertos. Todos fueron cancelados por la crisis sanitaria del coronavirus que flagela a la humanidad. Los pocos homenajes que se le dedicarán serán llevados a cabo por medio de la radio, la televisión y los sistemas digitales.

Sobre el compositor

Ludwig Van Beethoven

* Nació el 16 de diciembre de 1770.

* Compuso nueve sinfonías, cinco conciertos para piano, 32 sonatas, una ópera y dos misas.

* Murió el 26 de marzo de 1827.    

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