Investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania, en Estados Unidos, identificaron el proceso en el cerebro con el que la abstinencia al alcohol puede producir depresión, lo cual podría llevar a nuevas terapias. (ESPECIAL)
Investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania, en Estados Unidos, identificaron el proceso en el cerebro con el que la abstinencia al alcohol puede producir depresión, lo cual podría llevar a nuevas terapias.
Mediante un estudio en ratones, publicado en la revista Frontiers in Behavioral Neuroscience, los científicos analizaron los efectos que se producen durante la abstinencia a bebidas alcohólicas.
Descubrieron que los animales mostraron trastornos emocionales que imitaban algunos síntomas de depresión observados en los seres humanos, tales como la falta de interés en realizar actividades y una mayor repuesta a los eventos estresantes.
Luego de estudiar los cerebros de los ratones, identificaron de la abstinencia al alcohol producía efectos divergentes en la fisiología de las neuronas de la somatostatina en dos regiones del cerebro, asociadas con el procesamiento emocional y la adicción.
Si bien aún falta más investigación para descubrir cómo este cambio puede afectar directamente a la depresión como resultado a la abstinencia al alcohol, el activar o silenciar estas neuronas podría fungir como un nuevo tratamiento, apuntaron.
“Si podemos ayudar a las personas a sobrellevar las emociones negativas durante la abstinencia al alcohol, tanto a corto como a largo plazo, podemos ayudarlas a mantener su abstinencia”, comentaron.