El condenado presuntamente se entregó voluntariamente este viernes en una comisaría de Carabineros.
La Justicia chilena ordenó este viernes la entrada en prisión de un agente de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) prófugo y condenado por crímenes de lesa humanidad en el marco de la Operación Colombo, un montaje del régimen para encubrir la desaparición de 119 prisioneros políticos.
El Poder Judicial explicó a través de un comunicado que el juez especial Jaime Balmaceda dispuso el ingreso a la cárcel del exagente de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) y coronel en retiro de Carabineros Ricardo Lawrence Mires para que cumpla 10 años y un día de presidio.
La resolución judicial determinó a Lawrence Mires como autor del delito del de secuestro calificado (desaparición) de Miguel Acuña Castillo, una de las 119 víctimas de la denominada Operación Colombo.
El condenado presuntamente se entregó voluntariamente este viernes en una comisaría de Carabineros tras estar desde 2014 sindicado como uno de los hombres más buscados por la Policía de Investigaciones (PDI) de Chile, confirmó la institución.
"Lawrence Mires, además, será notificado de otras sentencias en las que se encuentra condenado en firme, que incluyen casos de secuestros calificados, homicidios calificados y aplicación de tormentos en el centro de detención clandestina de Villa Grimaldi", indicó el Poder Judicial.
El condenado fue trasladado por Gendarmería (guardia de prisiones) a la cárcel Colina 1, en la capital chilena, para cumplir la condena por la desaparición de Acuña, de 19 años, estudiante, militante del Movimiento de izquierda Revolucionaria (MIR), quien fue detenido en la noche del 8 de julio de 1974 cerca de su domicilio e introducido en un vehículo.
El padre de Acuña fue la última persona que lo vio con vida, ya que presenció la detención, y desde entonces se encuentra en calidad de detenido desaparecido.
En 1975, el nombre de Acuña fue incluido entre las víctimas de la Operación Colombo, un montaje de la DINA para encubrir la desaparición de 119 prisioneros políticos con el apoyo de las policías secretas de Argentina y Brasil.
En ambos países se publicaron ediciones únicas de periódicos inexistentes, Lea y O Novo Dia, en las que se afirmaba que los desaparecidos habían muerto en purgas internas del MIR ocurridas en territorio argentino y brasileño.
Durante la dictadura de Pinochet, unas 3.200 personas murieron a manos de agentes del Estado, de los que 1.192 figuran aún como detenidos desaparecidos, mientras otros 40,000 fueron encarcelados y torturados por causas políticas.