Lo único que pareció familiar del tan esperado retorno de la NFL anoche, fue la manera en que Patrick Mahomes lideró a los Jefes de Kansas City en recorridos por todo el campo sin realizar algún esfuerzo aparente.
El Jugador Más Valioso del Super Bowl lanzó para 211 yardas y tres touchdowns. Clyde Edwards-Helaire corrió en la lluvia para 138 yardas y otra anotación, y los Jefes iniciaron la defensa de su primer campeonato en 50 años superando 34-20 a los Texanos de Houston, ante cerca de 17.000 fanáticos que se congregaron con distanciamiento social debido a la pandemia de coronavirus.
SIN REVANCHA
Travis Kelce, Sammy Watkins y Tyreek Hill atraparon pases de touchdown para los Jefes, que han ganado 10 encuentros consecutivos, remontándose a la temporada pasada. La racha incluye la victoria por 51-31 ante los propios Texanos en la ronda divisional de los playoffs. En aquel encuentro, los Jefes revirtieron un déficit de 24-0.
Deshaun Watson de los Texanos lanzó un pase de anotación y corrió para otra, pero también estuvo bajo una implacable presión y vio interceptado uno de sus envíos. David Johnson tuvo el momento más brillante de Houston tras correr para 77 yardas y una anotación. El mundo cambió drásticamente en los siete meses transcurridos desde que los Jefes levantaron el trofeo Vince Lombardi en el estadio Hard Rock de Miami.
YARDAS
consiguió anoche el mariscal
de campo de los Jefes, Patrick Mahomes.
En un periodo de seis semanas, el término COVID-19 se convirtió en parte de la vida diaria. La enfermedad ha matado a más de 900.000 personas en el mundo. La muerte de George Floyd después de que un policía de Minneapolis de raza blanca se hincó en su cuello, reavivó el movimiento "Black Lives Matter" y llevó a un verano de descontento social en todos los Estados Unidos.
Con esto en el trasfondo llegó un primer duelo como ningún otro: todos portaron mascarillas, desde los aficionados hasta el personal de los equipos. Asimismo, se mostró una serie de videos que difundieron iniciativas de justicia social y alentaron al público a votar. Finalmente ambos equipos entrelazaron los brazos en una muestra de unidad antes del lanzamiento de la moneda para determinar quién recibía primero el balón.
FANÁTICOS FELICES
Para alivio de muchos, la patada inicial llevó a cuatro horas de una sensación de normalidad. Los cerca de 17.000 fanáticos de los Jefes de Kansas City que asistieron al estadio Arrowhead anoche para el inicio de la temporada de la NFL notaron muchas diferencias. Debieron portar mascarillas y guardar el debido distanciamiento social. Y tampoco pudieron utilizar los penachos ni la pintura en la cara, como lo habían hecho tradicionalmente en los encuentros de Kansas City. El primer cambio se realizó en medio de la pandemia, el segundo, en el marco de las exigencias de justicia social tras la muerte de George Floyd a manos de la policía en Minneapolis. Los Jefes, campeones del último Super Bowl, decidieron prohibir que sus seguidores muestren atuendos o gestos que puedan resultar ofensivos para las comunidades nativas estadounidenses.
Esas comunidades recibieron con agrado la medida y la consideraron un buen primer paso. En cambio, algunos fanáticos se mostraron frustrados, incluidos varios que estuvieron en las gradas cuando su equipo se convirtió en el primero en contar con público -menos numeroso que de costumbre- durante la pandemia de coronavirus. Los cambios en Kansas City ocurrieron después de que varias franquicias profesionales, incluyendo a los Indios de Cleveland en las Grandes Ligas, han sido presionadas para que se deshagan de las imágenes consideradas insultantes. La gran victoria para los nativos americanos ocurrió antes del inicio de la campaña, cuando la franquicia de Washington eliminó su sobrenombre de Redskins (Pieles Rojas).
Patrick Mahomes volvió a lucir fenomenal, guiando a los Jefes. (AP)