La senadora es consciente de que está en una posición extraña. (EFE)
La senadora Kamala Harris se convirtió oficialmente en la primera mujer negra y con orígenes asiáticos en ser candidata a la vicepresidencia de Estados Unidos, al aceptar la nominación del Partido Demócrata, un hito en la tercera noche de convención demócrata que también será recordada por el ataque sin piedad que el expresidente Barack Obama propinó a Donald Trump.
"Que yo esté aquí es el testigo de la dedicación de las generaciones anteriores a mí, mujeres y hombres que creyeron fieramente en la promesa de igualdad, libertad y justicia para todos", dijo Harris, de 55 años, senadora por California, en su discurso de aceptación en el que recordó a las mujeres que lucharon para que una figura como la suya llegara donde está.
Harris sabe las expectativas que están puestas en su nombramiento, la energía que ha despertado entre unos demócratas entusiasmados con su elección como compañera de fórmula electoral de Joe Biden.
Desde su nueva posición, su principal énfasis fue en criticar el "fracaso en el liderazgo" del actual presidente, y el momento de "inflexión" en el que se encuentra un país sumergido en un caos sin rumbo, gobernado por una administración "incompetente" que inocula "miedo".
"Podemos hacerlo mejor y merecemos mucho más", aseguró Harris, distanciando la dupla demócrata de Trump al máximo posible. "Tenemos un presidente que convierte nuestras tragedias en armas políticas. Joe será un presidente que convertirá nuestros desafíos en objetivos". Tragedias como, por ejemplo, el todavía imperante racismo estructural que existe en el país, y para el que Harris reconoció que "no hay vacuna".
La senadora es consciente de que está en una posición extraña, acompañando a un aspirante a presidente que probablemente no se presente a la reelección, poniendo en sus espaldas el peso de ser la abanderada del liderazgo del futuro del partido. Y precisamente ese fue el tema de la tercera jornada de convención demócrata: del camino por delante.
En una noche dominada por relevantes figuras femeninas del partido, las dos horas de transmisión se dedicaron a tocar los temas más candentes. La necesidad de cambiar las leyes de armas, el cambio climático, el empoderamiento de las mujeres, la violencia contra las mujeres… y el tema migratorio, uno de los más emotivos. se contaron historias como la de Estela Juárez, una niña de 11 años cuyo padre votó a Trump en 2016 y es soldado estadounidenses y que vio como deportaban a su madre a México.
Además de los punzantes discursos de la presidenta de la Cámara Baja, Nancy Pelosi; la ex secretaria de Estado Hillary Clinton; o la senadora progresista Elizabeth Warren, el momento más destacado fue el ataque sin tregua de Obama a Trump.
"Esta administración ha demostrado que destrozará nuestra democracia si es necesario para ganar", aseguró Obama, quien acusó a su sucesor de no haber "mostrado ningún interés en ponerse a trabajar; en encontrar puntos en común; en usar el magnífico poder de su cargo para ayudar a alguien excepto él mismo o sus amigos; en tratar la presidencia como algo diferente a un reality show más que pueda usar para la atención anhela".
La solución, para Obama, tiene el nombre de Joe Biden y Kamala Harris, de quienes dijo son quienes pueden resolver con éxito lo que está en juego en EUA: "Nuestra democracia".