Cerca de 2,000 simpatizantes del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, marcharon este domingo en la capital Brasilia convocados por movimientos evangélicos y para manifestarle su solidaridad al mandatario, quien está contagiado por el nuevo coronavirus. (EFE)
Cerca de 2,000 simpatizantes del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, marcharon este domingo en la capital Brasilia convocados por movimientos evangélicos y para manifestarle su solidaridad al mandatario, quien está contagiado por el nuevo coronavirus.
Diferente de recientes manifestaciones a favor de Bolsonaro, en las que sus seguidores pedían el cierre del Congreso y de la Corte Suprema, la movilización de este domingo se centró más en el apoyo al convaleciente gobernante y a las protestas contra los gobernadores por su gestión frente a la pandemia de la COVID-19.
Los manifestantes, convocados en las redes sociales por líderes evangélicos simpatizantes de Bolsonaro, se concentraron en el Museo de La República y cargando una cruz gigante de madera se desplazaron en medio de la Esplanada dos Ministerios, sede del poder Ejecutivo, hasta las afueras del Congreso.
En la sede del Legislativo, los manifestantes pararon en la Alameda dos Estados, una callejón que homenajea a los 27 estados brasileños y donde había una cruz al lado de cada bandera regional, para hacer oraciones por la salud de Bolsonaro, quien el sábado manifestó que no podía acompañar la marcha como en otras ocasiones.
COVID-19
Bolsonaro, uno de los líderes mundiales más escépticos frente a la gravedad de la pandemia y que llegó a llamar el patógeno de "gripecita", contrajo la COVID-19 y anunció el resultado positivo de la prueba clínica el pasado 7 de julio.
El líder de ultraderecha acostumbraba acompañar las manifestaciones a su favor que suelen presentarse a cada domingo durante la pandemia y en la mayoría participó sin el uso de mascarilla, como es obligatorio en el Distrito Federal y en otras partes del país, y llegó a abrazar a varios de sus simpatizantes.
Acérrimo defensor de la apertura del comercio y de algunas actividades económicas, contrariando las cuarentenas y medidas rígidas de aislamiento social recomendadas por las autoridades sanitarias a nivel mundial, Bolsonaro ha delegado la responsabilidad de la gestión de la pandemia a los gobernadores.
En sus redes sociales, Bolsonaro señaló que no podía ir a la manifestación de este domingo para "no dar mal ejemplo", a pesar de que con síntomas leves él permanece en cuarentena, y acusó a los gobernadores, facultados por una decisión de la Corte Suprema para ser gestores en la crisis, de "degollar la economía".
Brasil, el segundo país más afectado por el nuevo coronavirus detrás de Estados Unidos, contabilizaba oficialmente hasta el sábado casi 2.1 millones de casos confirmados y 78,000 muertos.
Después de expresar sus votos en oraciones por la salud del jefe de Estado, los manifestantes, ya con las 27 cruces, se dirigieron hasta la Catedral de Brasilia, donde la marcha se dispersó pacíficamente y sin la presencia de los grupos opositores al Gobierno, que suelen convocar protestas de manera simultánea.
A pesar de que la movilización pro Bolsonaro de este domingo tenía como objetivo el apoyo al gobernante por sus problemas de salud y las críticas a los gobernadores, unos pocos manifestantes portaban carteles a favor de la intervención militar con el mandatario a la cabeza.
Las protestas anteriores de simpatizantes de Bolsonaro, convocadas contra el Congreso y la Corte Suprema y en las que el presidente llegó a participar, son objeto de investigaciones en la Cámara de Diputados y en el Supremo Tribunal Federal (STF), que las consideran como actos antidemocráticos.
La oposición, incluso, ha presentado ante los poderes Legislativo y Judicial varios pedidos de juicio político con fines de destitución contra Bolsonaro por apoyar ese tipo de manifestaciones.