Sara María Aldrete Villarreal presentó a través de su defensa una solicitud de medida de seguridad no privativa de libertad.
Después de 31 años tras las rejas, Sara María Aldrete Villarreal, "La Narcosatánica", pidió a la justicia federal su excarcelación bajo alguna de las nuevas medidas de seguridad previstas en las normas vigentes.
La tamaulipeca presentó a través de su defensa una solicitud de medida de seguridad no privativa de libertad que le permita sustituir los 19 años que le restan por compurgar de su condena por delitos contra la salud y homicidio.
Su petición fue entregada a Rolando Fimbres, Juez segundo de Distrito en Procesos Penales Federales Tamaulipas.
El Código Penal Federal prevé 18 penas o medidas de seguridad para quienes incurran en un delito. En el caso de Aldrete, esencialmente aspira a la vigilancia de la autoridad y la colocación de dispositivos de localización y vigilancia.
Desde el 6 de mayo de 1989, cuando fue detenida en la Ciudad de México, estuvo presa en el Reclusorio Oriente, la penitenciaría de Santa Martha Acatitla y un penal de Baja California. En la actualidad está internada en el Penal Femenil de Tepepan, en Xochimilco.
En mayo de 1994 fue condenada a 62 años de cárcel, pero tiempo después su castigo fue fijado en 50 años.
La de los "narcosatánicos" es una de las sagas más conocidas en la historia de la nota roja mexicana.
Liderado por el cubano-americano Alonso de Jesús Constanzo "El Padrino", el grupo cobró fama a fines de los años 80 en la frontera de Tamaulipas con Texas.
Conocidos por practicar ritos con sacrificios humanos, las autoridades tenían ubicados a varios de sus integrantes como traficantes de droga a Estados Unidos.
El principio del fin fue el secuestro del estudiante estadounidense Mark James Kilroy, el 14 de marzo de 1989 en Matamoros.
Bajo presión de EUA, las autoridades mexicanas localizaron el 11 de abril de aquel año 13 cuerpos sacrificados en el Rancho Santa Elena y 2 en el Rancho Santa Librada. En el primero hallaron los restos de Kilroy.
El 6 de mayo de 1989 la Policía Judicial Federal localizó a Constanzo y algunos de sus cómplices en un departamento de la colonia Cuauhtémoc, en la Ciudad de México.
Antes de que entraran los agentes, "El Padrino" le pidió Álvaro Darío de León "El Duby" que lo matara a él y a Martín Quintana, otro de sus seguidores. Cuando los policías allanaron el inmueble, encontraron los dos cadáveres y detuvieron a "El Duby" y Aldrete.