Para Biden (i), ha llegado el momento de 'poner fin a esta era de oscuridad estadounidense'. (AP)
Hacía 32 años que Joe Biden esperaba este momento. En 1988, tras 15 años como senador por Delaware, Biden encaró el primer asalto a la nominación demócrata a la presidencia: fue un fracaso mayúsculo tras descubrirse que plagió un discurso. Dos décadas después lo volvería a intentar, sucumbiendo antes de tiempo. Este jueves, a los 77 años, finalmente llegó su hora.
"Con gran honor y humildad, acepto la nominación para la presidencia de los Estados Unidos". La frase fue el preludio de un discurso serio, contundente, enérgico, y a la vez empático y sensible: una demostración del mensaje que quiere transmitir el Partido Demócrata con un candidato comprometido en dar la vuelta al "uno de los momentos de más dificultad que ha enfrentado EUA, con cuatro crisis históricas a la vez. Una tormenta perfecta".
Nunca citó a su rival, el presidente Donald Trump, por su nombre. No fue necesario: las críticas al actual mandatario fueron constantes y sin piedad, acusándolo de ser un líder "que no asume responsabilidades, que rechaza liderar, que culpa a los otros, que adula a dictadores y esparce las llamas del odio y la división". Pero, que por encima de todo, ha "fallado en su deber más básico: protegernos".
Biden, ya oficialmente candidato demócrata a la presidencia, se presentó como la antítesis de esa imagen tenebrosa de los Estados Unidos. El líder necesario en un momento donde hay que dejar de lado el partidismo, en el que hay que apostar por la unidad, recuperar la esperanza que tanto pregonaba el expresidente Barack Obama. "Provocaré lo mejor de nosotros, no lo peor. Seré un aliado de la luz, no de la oscuridad", prometió.
Era una incógnita saber cómo Biden iba a desenvolverse en la distópica experiencia que le ha tocado vivir, haciendo el discurso más importante de su vida sin público, expresándose sin buscar el aplauso inexistente o la algarabía deseada. Le ayudó su experiencia y el mensaje clarísimo que los demócratas han expresado durante toda su convención: las de noviembre serán unas de esas "elecciones que cambian la vida".
Para ganarlas, la apuesta es una figura de la que han destacado no sólo la experiencia, sino especialmente su carácter de hombre "decente", familiar y "empático". Porque, como dijo el exvicepresidente, en las papeletas estará "el carácter", la "compasión", la "decencia", la "ciencia" y la "democracia". "No es necesaria la retórica: sólo juzguen al [actual] presidente por sus hechos", apuntó.
Para Biden, ha llegado el momento de "poner fin a esta era de oscuridad estadounidense" en la que en su opinión Trump ha sumergido a los Estados Unidos.
Recurre Trump al miedo al cierre de la convención demócrata
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recurrió al miedo a la “izquierda radical” e insistió en que las elecciones de noviembre serán las “más fraudulentas de la historia” del país.
En una entrevista que coincidió con el final de la Convención Demócrata, emitida por Fox, su canal de televisión favorito, Trump repasó sus críticas habituales a los demócratas y defendió su gestión de la pandemia del coronavirus.
“Los impuestos van a duplicarse o triplicarse (...) van a acabar con este país y con la economía”, advirtió Trump sobre una posible victoria electoral de su rival demócrata, Joe Biden, poco antes de que este pronunciara su discurso de aceptación de la candidatura presidencial de su partido.