Además de reducir gastos y renunciar a proyectos no prioritarios, el CEESP propone fomentar inversión en proyectos de energía. (EFE)
Ante la incertidumbre que impacta los mercados financieros y la economía en el mundo por el COVID-19, México debe incentivar la inversión y dejar atrás proyectos que no sean prioritarios y que incluso ahora parecen "superfluos", como el Tren Maya, la refinería Dos Bocas y el aeropuerto de Santa Lucía.
Así lo expreso el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) en su análisis semanal, luego de que la pandemia ocasionara la caída de las principales bolsas del mundo hasta en 40 por ciento, el tipo de cambio supera ya los 24 pesos por dólar, en tanto que el Banco de México se vio obligado a adelantar su decisión de política monetaria el pasado viernes y bajar la tasa de referencia en medio punto porcentual a fin de apuntalar la economía.
El panorama se complica, expuso el Centro de Estudios, pues los precios del petróleo, en línea con los mercados internacionales, reportan los niveles más bajos al grado de que la mezcla mexicana ronda los 15 dólares por barril, 34 dólares por debajo del pronóstico oficial para este año.
Como consecuencia, con el deterioro las perspectivas económicas globales en las últimas dos semanas, los pronósticos de crecimiento para la economía mexicana en 2020 se han corregido a la baja en una magnitud considerable y, de un rango de 1 a 0.7 por ciento, ya apuntan a una caída de más de 4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
"Claramente el entorno continuará deteriorándose y la fuerza con que se verá afectada la economía mexicana será significativa. Ahora, más allá de anticipar su impacto, que será en diversos ámbitos de la economía, es fundamental considerar posibles soluciones o políticas que contribuyan a mitigar los efectos adversos sobre la población".
Lo principal ahora, sostuvo el CEESP, es proteger la salud de todos los mexicanos, y adicionalmente instrumentar las medidas necesarias para evitar un deterioro de su bienestar ante la inminente debilidad económica.
Por ello, propuso que el Gobierno haga esfuerzos adicionales y adopte políticas contracíclicas que ayuden a compensar la reducción del gasto, para que se eleve el gasto en salud y se atienda la emergencia.
En su opinión, el Gobierno podría aprovechar para "eliminar proyectos que si bien nunca han estado justificados, en las circunstancias actuales parecen de plano superfluos. En este grupo están el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y el nuevo sistema aeroportuario que pretende sustituir al de Texcoco. Más aun, ello daría un golpe de timón a la política económica que con toda certeza restituiría la confianza a la inversión".
Incluso, ante la emergencia, consideró posible que el Gobierno relaje las finanzas públicas y posponga la meta de superávit primario este año.
"Ahora más que nunca es indispensable facilitar la inversión para mantener la actividad productiva del país y con ello proteger lo más posible la planta laboral formal de las empresas. Permitir el acceso del sector privado en proyectos de energía a través del Acuerdo entre el Sector Privado y el Gobierno representa un factor importante para minimizar los efectos negativos en el crecimiento económico" concluyó.