Sus dos mascotas comenzaron a olear y golpetear cerca de su pecho. (INTERNET)
Linda Munkley, de 65 años y que vive en la ciudad de Bargoed, en Reino Unido, fue diagnosticada con cáncer de mama luego de que sus perras, de raza pastor alemán, insistieran en prestar atención a su pecho.
Una de las mascotas, Bea, de 5 años, de pronto empezó a dar golpes con la cabeza y olfatear en el pecho de su dueña. No era algo que hiciera antes, así que el comportamiento hizo sospechar a Munkley.
"Ocho semanas pasaron con la misma conducta de Bea, que daba golpes en mi pecho y olfateaba específicamente esta zona, hasta que un día sentí un bulto en uno de mis senos", comenta Linda, cita el diario Wales Online.
Los médicos confirmaron que era cáncer de mama y fue entonces cuando Enya, hija de Bea, de 3 años, comenzó a comportarse de la misma forma. No dejaron de hacerlo sino hasta siete meses después, cuando Linda finalizó su tratamiento.
"Recordé el momento en que Bea y Enya dejaron de olerme y me pregunté si ese había sido el preciso instante en el que la quimioterapia había tenido éxito al atacar las células cancerosas del bulto", agrega ella.
El tratamiento tuvo éxito, en gran medida gracias a la detección temprana de la enfermedad, dijeron los médicos.
DA.