LarvalBot, como se ha denominado al robot, viene a complementar las acciones de otro protector conocido como COTSbot (foto), creado para controlar la población de estrellas de mar. (ESPECIAL)
Los corales están seriamente amenazados por las prácticas pesqueras destructivas, la contaminación y el calentamiento de las aguas de los océanos, efectos principales del cambio climático, pero ha surgido una esperanza con un robot submarino que siembra larvas capaces de soportar aguas cálidas.
Los corales han sufrido la pérdida de sus algas simbióticas y los tejidos vivos se vuelven transparentes, en la enfermedad conocida como “blanqueamiento”, que finalmente los aniquila.
La Universidad de Tecnología de Queensland (QUT) desarrolló un robot submarino capaz de transportar hasta 100 mil pequeños corales resistentes al calor. Las larvas de coral provienen de Australia y tienen alta tolerancia a las aguas cálidas típicas de la zona.
LarvalBot, como se ha denominado al robot, viene a complementar las acciones de otro protector conocido como COTSbot, creado para controlar la población de estrellas de mar corona de espinas, que se alimentan de corales vivos.
Esta estrella de mar es nativa de los arrecifes de coral indopacíficos, donde se registró en los últimos años una explosión demográfica, en parte como resultado de la sobrepesca de sus depredadores naturales, como los caracoles tritón gigantes y el pez napoleón maorí.
El pequeño robot COTSbot las detecta y elimina, controlando así su población y evitando que perjudique los arrecifes coralinos y a sus ecosistemas.
LarvalBot se apoya en la restauración larvaria de los arrecifes de coral. Los desoves se hacen en grandes recintos flotantes y, una vez que se han desarrollado las larvas, se colocan en el robot, que procede a rociarlas en áreas muertas del arrecife, donde el coral bebé debe asentarse para crecer y ser capaz de reproducirse, aproximadamente, tres años después.
El desove de corales suele ocurrir a finales de noviembre, cuando florecen; al liberar sus gametos, se forman nubes amarillas, blancas y anaranjadas en todas las zonas de arrecifes. Cuando las flores suben a la superficie ocurre la fertilización.
En su momento, los embriones se convierten en larvas y luego descienden al fondo marino para adherirse al sustrato y formar una colonia.
Se espera que tres robots Larvalpot de que se dispone hasta ahora recojan las flores para sembrar arrecifes a un ritmo de mil 500 metros cuadrados por hora.