Hoy se cumplen 17 años de impunidad y corrupción en el caso de Silvia Stephanie Sánchez-Viesca Ortiz, desaparecida un 5 de noviembre de 2004 en Torreón cuando apenas era una adolescente.
Así lo considera su madre Silvia Ortiz que también es activista y que mantiene viva la esperanza de encontrarla, aunque cada día que pasa le cuesta más sostenerla. "Yo trato todos los días de recordarla para que no se desvanezca, para que esté presente en nuestras vidas, pero sí te acepto que no me siento capaz de voltear a ver su foto porque me acabo, es llorar", dijo la mujer y rompió en llanto.
Es estremecedor escucharla decir que es una vida completa la que se ha ido en una búsqueda que no ha dado ningún fruto y que además ha dejado una larga zozobra y un gran sufrimiento. "Este 5 (de noviembre) son 17 años de impunidad, de corrupción, de falta de acción para la búsqueda de una persona desaparecida, en este caso de mi hija. Podría yo asegurar que se tiene todo pero al mismo tiempo no se tiene nada, ya que no han querido actuar (las autoridades). Se hablado mucho y se han dicho muchas cosas, la han atacado a ella y a mí de manera increíble, a mí y a mi familia, diciendo tantas cosas. Hemos detectado redes sociales que se abren para atacar y nada más para eso y cierran, ¡ya basta!, yo me siento muy cansada, ya quisiera tener algo, lo que sea, por ella, por mí y por mi familia porque ya nos hace falta", expresó.
La línea de investigación más cercana a su hija Fanny recuerda que fue en 2012 cuando autoridades le dijeron que la joven estaba con vida. "Pero ya han pasado nueve años y yo no sé si sigue viva o no, es lo más cercano que hemos tenido de ella, aparte del 2007 cuando nos dijeron que ya la tenían localizada, mas no recuperada, eso es lo más que tenemos y una serie de investigaciones que no han concretado, que han quedado en el olvido", comentó.
DESAPARECIÓ A LOS 16 AÑOS
La última vez que se le vio a Fanny fue cuando iba caminando alrededor de las 20:30 horas entre la calle 28 y Matamoros de esta ciudad. Vestía playera con el escudo del colegio donde cursaba la preparatoria, pantalonera en color gris y franjas rojas delgadas en los costados y calzaba tenis en color negro.
Llevaba una mochila de peluche en forma de conejo en color rosa y al momento de su desaparición se reportó con tez blanca, ojos cafés, cejas pobladas, cabello castaño claro, complexión delgada y con una estatura de 1.65 metros.
El caso de Silvia Stephanie es uno de los casos más emblemáticos de desaparición en la Comarca Lagunera y en la zona norte del país. Con el dolor a cuestas, sus padres han dedicado 17 años de su vida a buscarla incansablemente, sin que hasta ahora se tenga una pista clara sobre su paradero.
DISFUNCIÓN FAMILIAR Y SENTIMIENTOS DE IRA
Con la voz entrecortada, Silvia admite que con la desaparición de su niña, hubo disfunción familiar. Vinieron pleitos, sentimientos de ira, pérdida de amistades y problemas de adicciones, además de que pesa en ella y en su esposo Óscar el no haber podido darle una carrera universitaria a sus otros dos hijos, Christopher y Michel, de 35 y 37 años de edad.
"Una de las cosas que más me duele y de las que me arrepiento enormemente es haberme dedicado en cuerpo y alma a la búsqueda de mi hija y no haberles dado la carrera, ellos no terminaron la carrera por mi culpa, porque me enfoqué en su hermana. Ahora son unos seres humanos que están luchando en la vida, que están batallando en la vida, fue definitivamente la falta de recursos, nosotros perdimos todo, perdimos una casa que recién habíamos sacado…vivimos de renta y la verdad, todo el dinero se enfocó a la búsqueda de la niña. Ellos dicen: 'no te preocupes, mamá', pero sí me preocupo ahora que están batallando, que no pueden tener un trabajo digno", relató.
La familia Sánchez-Viesca Ortiz ha sobrevivido porque están tomados de la mano de Dios además de que la señora Silvia está enfocada en el Grupo de Víctimas por sus Derechos en Acción (Vida), donde mantiene una lucha por traer de vuelta a casa a más de 200 personas desaparecidas de La Laguna de Coahuila y Durango.
"Tenemos que pararlo de alguna manera, los delincuentes se tienen que dar cuenta que el amor de la madre está primero que cualquier cosa y te lo demuestro con la manera en la que hemos encontrado (restos óseos) en los campos de exterminio. Ellos pensaban que no los íbamos a encontrar y los hemos encontrado, no contaron con el amor de una madre", declaró.
Después de 17 años, dentro de Silvia Ortiz obra el cansancio físico. Tiene cartílago de rodilla desgastado por lo que requiere una cirugía, y lo atribuye a la intensa actividad física que se realiza en las búsquedas independientes a campo abierto. "Pero aunque me operen no me van a amarrar a la cama, yo voy a seguir con las búsquedas y yo se lo establecí a la autoridad y lo saben".
Silvia Stephanie cumplió el mes pasado 33 años de edad y su madre comentó que: "Seguimos buscándola, la extrañamos, la amamos, no vamos a parar. Si está viva, que Dios me preste la vida para encontrarla, pero si ella ya no está viva, también la voy a buscar hasta encontrarla y si no me presta la vida para encontrarla...creo en la vida nueva y allá la voy a ver, allá la voy a abrazar, y ya no vamos a tener ningún problema, eso es lo que me mantiene en pie".
Así luciría Fanny actualmente según una proyección de la organización Missing Angels. (CORTESÍA)