El nuevo Congreso de EUA, elegido en los comicios del 3 de noviembre, se reunió este domingo por primera vez con dos asuntos de fondo: la creciente división entre los republicanos por la victoria del presidente electo, Joe Biden, y la tarea de votar sobre la reelección de la demócrata Nancy Pelosi como presidenta de la Cámara de Representantes. (ARCHIVO)
El nuevo Congreso de EUA, elegido en los comicios del 3 de noviembre, se reunió este domingo por primera vez con dos asuntos de fondo: la creciente división entre los republicanos por la victoria del presidente electo, Joe Biden, y la tarea de votar sobre la reelección de la demócrata Nancy Pelosi como presidenta de la Cámara de Representantes.
La sesión comenzó las 12:00 hora local (17:00 GMT) con un voto para determinar cuántos legisladores han acudido a Washington D.C., un asunto esencial para determinar el futuro político de Pelosi, la única mujer que ha ejercido como presidenta de la Cámara de Representantes.
Se espera que Pelosi, de 80 años, se mantenga en el puesto, pero se enfrenta al riesgo de que algunos legisladores decidan no acudir a Washington D.C. por la pandemia de la COVID-19.
En las elecciones del 3 de noviembre, en las que Biden salió elegido presidente, los demócratas perdieron diez escaños en la Cámara de Representantes y, aunque consiguieron mantener la mayoría, se quedaron con el margen más estrecho que cualquier partido ha tenido en esa cámara en los últimos 20 años.
Por tanto, Pelosi solo puede perder un puñado de votos si quiere ser reelegida.
Sin embargo, en una carta a sus correligionarios, hecha pública este domingo, la líder demócrata se mostró confiada y aseguró que el voto de hoy mostrará un Partido Democrata "unido".
Una vez que se produzca el voto sobre Pelosi, los legisladores de la Cámara Baja tomarán posesión de su cargo.
En el Senado, algunos ya han comenzado a jurar su cargo, aunque hasta las elecciones del 5 de enero en Georgia no se sabrá qué partido tendrá la mayoría en esa cámara.
LA REBELIÓN DE LOS LEGISLADORES LEALES A TRUMP
Mientras tanto, un creciente número de republicanos ha anunciado que cuestionará la victoria de Biden, en respaldo al presidente saliente, Donald Trump, que no reconoce su derrota en los comicios de noviembre.
Al menos 12 senadores y unos 140 legisladores planean oponerse a la ratificación del triunfo de Biden, durante la sesión del Congreso del 6 de enero programada con ese objetivo, lo que forzará un voto sobre el resultado electoral.
La maniobra de esos legisladores, entre ellos el senador texano Ted Cruz, está abocada al fracaso y no logrará impedir que el Congreso ratifique la victoria de Biden, pero sí asegurará un largo debate y una votación sobre el triunfo del presidente electo.
En una entrevista en la cadena Fox, Cruz, posible aspirante republicano a la Presidencia en 2024, arremetió este domingo contra quienes han criticado su intento de interferir en el resultado de las elecciones, una estrategia que muchos han comparado con un intento de golpe de Estado.
"Creo que todos debemos bajar el tono de la retórica. Esta ya es una situación volátil", aseveró Cruz, que de presentarse a los comicios en 2024 necesitaría conquistar a la base electoral de Trump.
Sin embargo, el mandatario y otros legisladores, como el texano Louie Gohmert, han instado a los simpatizantes del mandatario, entre ellos miembros del grupo de ultraderecha Proud Boys, que salgan a las calles en Washington el 6 de enero para protestar por la victoria de Biden.
Esa incendiaria posición no ha gustado a algunos miembros del Partido Republicano, como Mitt Romney, senador y excandidato presidencial republicano en 2012, quien aseguró que la "estratagema atroz" de sus correligionarios "amenaza peligrosamente la democracia" de EUA.
La sesión del 6 de enero en el Congreso es el último paso en el proceso de certificación del resultado electoral, y dará vía libre a la llegada al poder de Biden el 20 de enero.
Por tanto, la maniobra de ese día será la última posibilidad de Trump de interferir en el resultado de las elecciones.