
CALIDAD. En el caso de la vainilla, recuerda que debe lucir blanca, no amarilla. (ESPECIAL)
El postre es el momento después del plato principal donde puedes tener una amena charla con tus acompañantes y disfrutar de la versatilidad de los sabores del lugar, sin embargo, la calidad de este definirá no solamente tu experiencia en el lugar, sino que puede afectar la forma en que tu cuerpo lo recibe, por ejemplo, azúcar extra añadida, colorantes artificiales, o lácteos de dudosa procedencia.
Te compartimos algunas claves para identificar un postre de calidad cuestionable.
- Si el helado de vainilla es amarillo y no blanco, no es una buena señal. No aceptes un postre cuyo agregado no sea de la misma calidad que la pieza principal.
- Aunque el chocolate encante a la mayoría, si está bañado con su versión de bote, puede arruinar el plato completo. Es de los más usuales.
- Si sale de un congelador, tendrá ese mismo sabor.
- Si la consistencia es grumosa, o sabe más a fécula de maíz que a harina para postres. También debes tener cuidado si la masa es más gruesa que el relleno.
- Un postre caliente, está frío por dentro.
- Si la fruta no está seca, no es de temporada.
- Si la receta incluye ingredientes que suelen llevarse mejor en una ensalada que en poste, duda un poco. La creatividad en la cocina es la clave del éxito en muchas ocasiones, pero puede rosar la exageración.
- Si los colores de tu postre no existen naturalmente, en especial si tienen apariencia de "luces de neón" sobre una de frutas.
En el caso de la vainilla, recuerda que debe lucir blanca, no amarilla.