El primer ministro británico, Boris Johnson, defendió su gestión al ser acusado este miércoles por la oposición laborista de carecer de 'autoridad moral', por presuntamente romper las normas durante la pandemia, y 'política', tras sufrir anoche la mayor rebelión en sus filas desde que llegó al poder. (ARCHIVO)
El primer ministro británico, Boris Johnson, defendió su gestión al ser acusado este miércoles por la oposición laborista de carecer de "autoridad moral", por presuntamente romper las normas durante la pandemia, y "política", tras sufrir anoche la mayor rebelión en sus filas desde que llegó al poder.
En la sesión semanal de control parlamentario, Johnson alardeó de haber dirigido "el programa de vacunación más rápido de Europa" y de haber protegido empleos desde la llegada de COVID en marzo de 2020, mientras, en su opinión, el líder del Partido Laborista, Keir Starmer, "vacilaba".
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Mientras tanto, el comercio se ralentiza y crece la tensión en Escocia e Irlanda del NorteStarmer, por su parte, le describió como "el peor primer ministro en el peor momento" y le pidió que esta Navidad "se mire al espejo" para sopesar si puede seguir liderando el Reino Unido.
Castigado en las encuestas, con pugnas internas y una investigación en curso sobre supuestas fiestas navideñas en Downing Street el año pasado en medio de restricciones, Johnson afronta mañana otra prueba para su liderazgo: una elección parcial en el centro de Inglaterra donde peligra el escaño "tory".