El 94 % del alumnado de la UNAM viene de las clases 'aspiracionistas'. (ARCHIVO)
En la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), 94% de los más de 360 mil alumnos pertenecen a los sectores de clase baja, es decir, en situación de pobreza y media baja, por lo que bajo los parámetros y calificativos del presidente López Obrador son "aspiracionistas" porque en muchos casos quieren ser la primera generación de profesionistas en sus familias y acceder a la movilidad social.
Así lo expone el doctor e investigador del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM, Héctor Hernández Bringas, quien señala que "todos los estudiantes de la Máxima Casa de Estudios del país, les guste o no, son 'aspiracionistas' con todo el derecho y la legitimidad del mundo".
El experto refiere que de acuerdo con un estudio, 94% de los estudiantes de la UNAM tanto a nivel bachillerato, licenciatura como posgrado provienen de familias que ganan menos de 10 salarios mínimos.
De ese porcentaje, más de la mitad (52%) vienen de familias que ganan menos de 4 salarios mínimos al día; es decir están en situación de pobreza. "Es un dato muy claro y muy ilustrativo de cuál es el origen social de los estudiantes de la UNAM".
Los parámetros manejados internacionalmente señalan que si vives con menos de 5 salarios mínimos es una condición de pobreza. Pero estar en 10 salarios mínimos, o un poco menos, es la llamada clase media-baja, es decir tampoco se trata de la bonanza económica familiar, apunta.
Además, un tercio de los estudiantes de la universidad tienen padres profesionistas, ya sea padre, madre o ambos, aunque actualmente ser profesionistas no les garantiza altos ingresos. Un porcentaje importante vienen de familias cuyos padres son obreros, taxistas, empleados o pequeños comerciantes, entre otros.
"En la UNAM, y en general en las universidades públicas, una de sus grandes virtudes, que se contrapone con las ideas del presidente López Obrador, es que se ha presumido y nos enorgullece, ser elemento para la movilidad social, de manera que los alumnos, que más del 90% vienen de hogares con recursos limitados, tienen la pretensión de mejorar su vida y la de sus familias".
El demógrafo y doctor en Ciencias Sociales refiere que cuando los estudiantes de universidades públicas, o como se les llama sarcásticamente por el Presidente "aspiracionistas", mejoran su vida por medio del estudio de una carrera, no sólo ayudan a su familia, también a la sociedad.
"Tener una sociedad educada es la clave para muchas cosas como superar la pobreza a nivel sociedad, para superar la criminalidad y es la clave que daría la posibilidad de pasar a ciudadanías más consolidadas en un país como México, más allá del reparto de dádivas", apuntó Hernández Bringas, también investigador del Colegio de México.