Tener plantas en casa tiene múltiples beneficios, no solamente decoran y dan un aspecto natural al lugar, sino que favorecen a la salud física y mental de los habitantes. Una de sus ventajas es que limpian el ambiente, expulsan dióxido de carbono por la noche y el resto del día aportan oxígeno fresco, además que regulan la humedad del hogar. (Especial)
Tener plantas en casa tiene múltiples beneficios, no solamente decoran y dan un aspecto natural al lugar, sino que favorecen a la salud física y mental de los habitantes. Una de sus ventajas es que limpian el ambiente, expulsan dióxido de carbono por la noche y el resto del día aportan oxígeno fresco, además que regulan la humedad del hogar.
Todas las plantas necesitan de cuidados para que se mantengan en óptimas condiciones, y algunos ingredientes que se tienen en la cocina ayudan a que gocen de buena salud.
La canela en polvo funciona como fungicida natural: al esparcir un poco del condimento alrededor de la planta termina con las plagas de insectos. También ayuda a la eliminación de hongos, al agregar un poco en la tierra o la planta, dependiendo la zona donde el fungi aparezca.
Además, las protege de enfermedades. Al añadir un poco de canela en polvo al abono o tierra donde se encuentren las plantaciones estas crecerán sanas. La canela en polvo ayuda a sanar diversas heridas causadas por una poda excesiva u otras situaciones, solamente se debe agregar un poco del condimento en el área dañada para evitar alguna enfermedad, mientras que acelera su proceso de curación.
Lavanda
La lavanda tiene una importante cantidad de usos en el hogar. Tiene propiedades antisépticas, antiinflamatorias, digestivas así como relajantes, pero, ¿cómo se puede implementar en las plantas?
Crea una infusión en frío acompañada de cebolla, romero y ajo. Deja esta mezcla en reposo en agua durante una semana lejos de la luz en un frasco de vidrio y después con ayuda de un aspersor, riega tus plantas de interior y de exterior. Actuará como un fungicida natural
La presencia de esta planta aromática en el jardín tiene como objetivo principal el atraer insectos polinizadores como las abejas, que ayudan a aumentar la producción de las plantas.
Cáscaras de huevo
Una cáscara de huevo está formada por un 96 por ciento de carbonato de calcio, fuente ecológica que brinda múltiples beneficios a las plantas. Primero que nada, combate las plagas, al esparcir trozos pequeños de la cáscara alrededor del jardín o de la maceta que esté siendo atacada esta crea una barrera que alejará a los caracoles o babosas que invadan la zona.
Gracias a que son una rica fuente de calcio, las cáscaras de huevo funcionan como fertilizante. Para lograr esto se debe triturar la cáscara y colocarla sobre el sustrato que se use como suelo para la planta, esto evitará situaciones como la podredumbre además que ayudará a reducir la acidez de la tierra.
Café
Los restos o posos del café se pueden aprovechar de distintas maneras para mantener las plantas saludables. Al añadirlos a la composta para la tierra del jardín o maceta reduce la necesidad del abono convencional, funciona como un fertilizante que no acidifica la tierra y permite un adecuado crecimiento de la planta.
La implementación de una capa fina de café molido o restos de café ayudan a mejorar el suelo del jardín, además que funciona como una barrera para insectos como las babosas, gusanos o caracoles. La manera más efectiva de lograr esto es colocar el café formando un círculo alrededor de la planta.
Cáscaras de plátano
La cáscara de esta fruta aporta diversos beneficios para las plantas. El potasio es un mineral que transporta los nutrientes por las plantas y fortalece la formación de flores y frutos. Cuando las hojas se ponen amarillentas o rizadas es el momento adecuado para utilizar este abono.
Al cortar las cáscaras en pequeños trozos y enterrarlas en las macetas de las plantas una vez al mes estas liberarán magnesio, potasio, fósforo y otros minerales. También se puede hacer una infusión con ellas, llamada té de plátano.
Para hacer té de plátano se necesitan cinco cáscaras, un litro y medio de agua, una botella y una cacerola. El procedimiento consiste en cortar las cáscaras en trozos pequeños, colocarlas en la olla con el agua y dejarlas al fuego durante 15 minutos, para luego ponerlas a reposar.
Al revisar la olla, el agua debe tener un tono marrón, esto es gracias a las cáscaras de plátano. Cuando el líquido esté frío se guarda en la botella y se aplica en las plantas. Se coloca una parte de fertilizante por cinco partes de agua, se debe realizar este procedimiento una vez a la semana, y cuando las plantas estén en época de floración, se riega directamente cada 15 días.
