Mandatario mexicano destacó que nada en su personalidad lo distanciaba de ser un revolucionario. (ARCHIVO)
Este jueves 16 de septiembre, el presidente Andrés Manuel López Obrador encabezó el desfile militar por el 211 aniversario de la Independencia de México, en el que destacó la figura de Miguel Hidalgo y Costilla como padre de la patria.
En su discurso, frente a Miguel Díaz-Canel, presidente de Cuba que asistió como invitado de honor a los festejos patrios, López Obrador declaró que "ningún dirigente en la historia de México ha recibido más insultos que el cura Hidalgo".
En el Zócalo, el presidente de México citó al escritor Paco Ignacio Taibo y nombró "todos los improperios" que le dijeron a Miguel Hidalgo:
"Endurecida alma, escolástico sombrío, monstruo, taimado, corazón fementido, rencoroso, padre de gentes feroces, Cura Sila, entrañas sin entrañas, villano, hipócrita, refinado, tirano de tu tierra, pachá, lo-cura, imprudentísimo bachiller, caco, malo, malísimo, perversísimo, ignorantísimo bachiller Costilla, excelentísimo pícaro, homicida, execrable majadero, badulaque, borriquísimo, primogénito de Satanás, malditísimo ladrón, liberticida, insecto venenoso, energúmeno, archiloco americano".
"Por si fuese poco, en el juicio de excomunión lo llaman demagogo, desnaturalizado y frenético. Él se defendía respondiendo que actuaba con apego a su conciencia y es célebre la frase que dirige a sus acusadores: ‘Abrid los ojos, americanos. No os dejéis seducir de nuestros enemigos. Ellos no son católicos, sino por política. Su dios es el dinero y las conminaciones sólo tienen por objeto la opresión. ¿Creéis acaso que no puede ser verdadero católico el que no esté sujeto al déspota español?’", agregó.
En su mensaje, el Presidente de México también declaró: "Si Hidalgo no hubiese sido auténtico, como lo era, no lo hubiesen sacrificado con tanta saña, como lo hicieron con Jesús Cristo".
El mandatario también comentó que el cura Hidalgo "era un hombre profundamente humano, un auténtico cristiano" y que nada en su personalidad lo distanciaba de ser un revolucionario.