El sueño es la base de los hábitos y decisiones cotidianas. (ARCHIVO)
Dormir bien es esencial para gozar de una salud óptima. El sueño es la base de los hábitos y decisiones cotidianas. La falta de sueño puede afectar negativamente el humor y el temperamento, así como la habilidad para concentrarse en las tareas cotidianas.
Lamentablemente en México, alrededor del 45% de la población adulta presenta mala calidad del sueño. Lo anterior se refleja en la dificultad que las personas tienen para levantarse, así como encontrarse en constante somnolencia y cansancio durante las primeras horas de la mañana.
Existen cerca de un centenar de enfermedades relacionadas con la mala calidad del sueño, de las cuales, el insomnio tiene mayor prevalencia entre las mujeres.
Hay diversos factores que pueden originan los problemas para dormir, como los malos hábitos en el uso de televisiones, tabletas y celulares, el estrés, problemas de salud y horarios de trabajo irregulares y turnos nocturnos.
Dormir es una función fundamental para los seres humanos, de hecho ocupa la tercera parte de nuestras vidas. La importancia del dormir para el organismo está codificada en la genética. Los recién nacidos, por ejemplo, duermen cerca de dos terceras partes del día y se la pasan soñando el 50% del tiempo.
El sueño es fundamental para el correcto desempeño en las actividades cotidianas y para la preservación de la salud, pues algunas de sus funciones principales son la restauración de la energía y la reorganización del funcionamiento nervioso.
LA HIGIENE DEL SUEÑO
Este término se refiere a aquellas conductas que favorecen la consolidación del sueño, es decir, lo que debes y no debes de hacer antes de dormir. Entre las más importantes destacan las siguientes:
- Evita ingerir alimentos o sustancias estimulantes como alcohol, café y tabaco. También ciertos tipos de medicamentos como antidepresivos, antiinflamatorios y anticonceptivos podrían causar insomnio.
- Procura tener una cena ligera, de preferencia una hora antes de ir a la cama (1 hora como mínimo)
- Realiza ejercicio físico.
- Mantén un ambiente adecuado para el sueño, como la habitación limpia, templada y ventilada.
- Consume poca cantidad de carbohidratos antes de acostarte, evita los azucares y fluidos excesivos.
- Utiliza la habitación únicamente para dormir, es decir, omite realizar tareas que exijan una actividad mental, como un libro, la tv o laptop.
- Mantén horarios, rutinas o patrones del sueño regulares a la hora de dormir y levantarse.
- Procura apagar la luz y dormir posteriormente. Si no puedes dormir, busca una actividad de distracción y regresa al sentir somnolencia.