Hubo una época donde el santo grial fue, por limitado tiempo, el concepto de la “Calidad Total”. Estaba hasta en la sopa tanto en instituciones educativas como en las abundantes y prósperas tiendas físicas de libros y quien no se sumara corría el riesgo de ser borrado de la historia. (ESPECIAL)
Hubo una época donde el santo grial fue, por limitado tiempo, el concepto de la “Calidad Total”. Estaba hasta en la sopa tanto en instituciones educativas como en las abundantes y prósperas tiendas físicas de libros y quien no se sumara corría el riesgo de ser borrado de la historia. Con el pasar de las décadas se implantaron otros términos de moda con el mismo riesgo de borrar al que no se subiera, siendo el más recurrente en años recientes la “Industria 4.0”, una nueva era de optimización y traza digital irrompible, con nuevas promesas de bajada de costos, innovación y progreso.
Pero, como en todas las revoluciones, tardan más los caudillos en sentarse a cenar que un nuevo rebelde en alzarse en armas. El nuevo comandante se llama Industria X, así que es momento de averiguar de dónde viene y qué busca.
Haciendo memoria, la numeración parte del cambio de la artesanía a la industria, posteriormente definida como “1.0”, lo cual implicó la ventaja en costos de la producción en serie en lugar de una pieza única monumental y carísima, sea en buques, hornos o vehículos. El más famoso exponente de la versión 2.0 llegó con la línea de producción de Henry Ford, que permitió no solo grandes cantidades de producto sino también una reducción de costos que masificaron la industria.
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La pandemia por el COVID-19 subió mucho la demanda de semiconductores en el mundo, señalaLa carga administrativa, operativa y humana de esa fase fueron superadas en la 3.0 con la computarización. Primero del diseño del vehículo, después de las gestiones de combustión y transmisión, para incorporarse en cada aspecto posible.
La versión 4.0 toma el volante del auto, pero también del camión que surte la línea de producción que lo ve nacer, del robot, de la proveeduría, del vendedor, y del canal de venta, las citas de servicio a través de un app, del financiamiento y reciclaje al final del ciclo de vida.
El actual capítulo aún se está gestando, con el 4.0 sin acabar de implementarse, se vislumbra una manufactura X ¿qué significa esto? Que la imponente línea de producción de Mr. Ford, y también de Herr Benz y Toyoda-san, que fuera mejorada por computadoras en la 3.0 y optimizada por el IoT y blockchain en la 4.0 está en rumbo de volatilizarse.
“Ahora la demanda no está asegurada, y la flexibilidad es el punto de quiebre: no se pueden tener grandes inventarios ni de producto ni de materiales. Quieres tener partes que puedan funcionar entre vehículos y marcas” comenta Edgar Delgado, consultor en manufactura para la industria automotriz.
La nueva línea ni siquiera es ahora una línea sino un tejido, pues la secuencia de producción está transportada en charolas robotizadas, que pueden cambiar de rumbo y propósito en planta, unidad por unidad. Además, la red de proveedurías de la X.0 pueden surtir a fabricantes de cómputo y viceversa, obteniendo certeza y dejando de depender ya no de un cliente, sino de una industria completa. Para conocer los detalles, el modo de funcionamiento y cómo es que este nuevo formato puede permear a la industria automotriz, desarrollamos un gráfico que lo explica.