Local. Pilas de revistas, enciclopedias, así como obras de Kafka, Balzac, Restrepo y Dickens reciben al visitante en este rincón del popular Mercado Alianza.
Desde hace 10 años, una cafetería ubicada en la calle Múzquiz, casi esquina con Presidente Carranza, ofrece una pequeña ventana literaria en el Mercado Alianza. Mientras el sonido de los autobuses envuelve al lugar, atenuado en el bullicio de clientes y vendedores, doña Guadalupe García Gallegos hojea en una silla los momentos más destacados de esta década, donde se ha dedicado a la compra y venta de libros usados.
"Desde la escuela siempre me ha gustado la lectura. Yo me acuerdo, estaba chiquitilla, tenía como siete años, agarraba sola mis libros, periódicos, revistas y empezaba a leer, entendía las cosas. Yo me acuerdo que estaba muy chica, que recibía El Siglo de Torreón y me lo aventaba. Ya tenía como doce o trece años, sabía quién era el presidente de Israel, me sabía los problemas de Egipto, de todos lados".
En la entrada del local resalta la presencia de volúmenes clásicos, detrás de un hule que los protege del polvo. Allí se asoma La metamorfosis de Franz Kafka, Historia de dos ciudades de Charles Dickens, La piel de zapa de Honoré de Balzac, incluso un ejemplar de Delirio de Laura Restrepo (Premio Alfaguara 2004). Las pilas de revistas y un grupo de vinilos y casetes terminan por complementar el encuadre.
Al paso de los transeúntes, doña Guadalupe comenta que su hermano la convenció de convertir su cafetería en una librería. Aunque ella no estaba segura, comenzó a vender pocos libros y se percató de que la gente sí los compraba. "Luego empecé a ver que la gente me preguntaba y empecé a surtir más y más".
En el interior del local reposan volúmenes de enciclopedias como El nuevo tesoro de la juventud, la Enciclopedia de México o Las grandes batallas del siglo XX. Sobre una mesa también salen al encuentro los clásicos ejemplares de bolsillo de la Editorial Aguilar, así como libros de la colección Millenium y Porrúa. Este tesoro del saber es custodiado por Pepino, el simpático gato de la comerciante.
"Tengo mis compradores especiales que vienen por cierto tipo de libros. Por ejemplo, un director del Tecnológico de La Laguna vino. Él ya tenía el libro de Mi lucha (Adolfo Hitler), porque vivió allá en Alemania. Creo acabó de estudiar allá o hizo un posgrado, algo así me comentó y aquí lo encontró pero en alemán".
Doña Guadalupe compra libros por caja, cuyo interior es impredecible, pues no sabe qué obras va a encontrar. Así han aparecido libros de primera edición o grandes colecciones de pasta dura como un Don Quijote de la Mancha distribuido en 12 volúmenes.
"Llega el libro y lo que hago es poner mi balde de agua, mi limpiador, los limpio, les quito huellas de dedos y suciedades. Los dejo bien para que la persona que los va a comprar los reciba limpios, que le dé gusto tocarlo. Si está despegado, yo misma lo pego, cualquier detalle del libro se lo reparo. A mí no me gusta vender libros rotos (…) Reviso que tenga el principio y tenga el final, que esté completo".
Octavio Paz, Gabriel García Márquez y Carlos Cuauhtémoc Sánchez son los autores más solicitados. Doña Guadalupe menciona que es errónea la percepción que se tiene del mexicano como alguien desinteresado en la lectura. Las personas que transitan por el Mercado Alianza suelen ser de escasos recursos y algunas se detienen a preguntar sobre ciertos libros. A doña Guadalupe le importa la difusión de la lectura, por eso a veces baja más sus precios para que estas personas puedan llevarse un ejemplar.
"Me preguntan constantemente por la Biblia. A veces sí tengo porque me traen hasta de a cinco (ejemplares) de medio uso, a veces no, pero me da mucho gusto que la gente quiera acercarse a Dios. La Biblia es un libro muy buscado".
Por último, doña Guadalupe pide a la ciudadanía lagunera que continúe su gusto por la lectura. Resalta que le enorgullece ver a jóvenes buscando libros en su local, a quienes puede atender en su día a día que comienza a las nueve de la mañana y termina a las nueve de la noche.