El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, celebró este lunes sus primeros 1,000 días en el Gobierno 'sin corrupción' y, con un cierto tono electoral, advirtió sobre un posible regreso al poder del exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva. (ARCHIVO)
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, celebró este lunes sus primeros 1,000 días en el Gobierno "sin corrupción" y, con un cierto tono electoral, advirtió sobre un posible regreso al poder del exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva.
El discurso de Bolsonaro por sus 1,000 días en el cargo estuvo salpicado por claras referencias a las elecciones que se celebrarán el 2 de octubre de 2022, en las que muy probablemente aspirará a un segundo mandato, aunque todas las encuestas sostienen que las cosas se le pondrán muy cuesta arriba.
Según recientes sondeos, Bolsonaro tendría el voto de cerca del 30 % del electorado, pero los comicios serían ganados con holgura por Lula, su mayor antagonista político, a quien no citó por su nombre en el discurso y que superaría el 50 %.
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Había permanecido en cuarentena desde el pasado miércolesEn la celebración de los 1,000 días, el líder de la ultraderecha hizo varias alusiones a los escándalos de corrupción que implicaron en el pasado tanto a Lula como al Partido de los Trabajadores (PT) y aseguró que, en su Gobierno, esas prácticas ilícitas pueden "no haber sido eliminadas", pero se "avanzó mucho" para combatirlas.
"Tenemos 1,000 días sin corrupción. Obviamente que no se eliminó. Pero si la hubiera, tomaremos las medidas necesarias", pues "este Gobierno no lo tolera" y ha "mejorado mucho" el combate a esas prácticas ilegales, garantizó.
Aun así, citó investigaciones que lo afectan tanto a él como a cuatro de sus hijos, pero aseguró que "nada" puede comprometerlos.
"No es fácil. Se meten con mi familia. Hay algún proceso, alguna investigación, pero no tienen nada", declaró el mandatario, que es investigado por posibles irregularidades en negociaciones de vacunas anticovid y alentar actos antidemocráticos, entre otros asuntos.
EL 'CAMINO' DE VENEZUELA
Bolsonaro volvió a agitar el fantasma de la izquierda y afirmó que, en 2022, los electores que se quejan de su Gobierno deberán pensar que "nada está tan mal" y que "todo puede empeorar".
"El que olvida el pasado está condenado a no tener futuro" y "no piensen que ciertas cosas que acontecen con los vecinos no pueden ocurrir con nosotros", declaró Bolsonaro, para apuntar que, en las elecciones de 2022, Brasil corre el riesgo de "seguir el camino de otros países" de Suramérica.
"Quién imaginaría hace unos años que la riquísima Venezuela estaría como está hoy", planteó el mandatario, para asegurar que "el destino de Brasil pasa por quienes los ciudadanos deciden que deben pilotar este gran país".
Bolsonaro lamentó el "debate electoral anticipado" en que está sumergido el país, reiteró que el año próximo será candidato "o no", pero en clara alusión a las encuestas que reflejan una fuerte caída de su popularidad, dijo que los brasileños "ya saben cuál puede ser la película del futuro".
"La vieron durante casi 14 años", dijo sobre el tiempo que gobernó el PT, que en 2022 deberá volver a tener a Lula como candidato.
PROBLEMAS ECONÓMICOS, PERO NO POR CULPA DEL GOBIERNO
"Son 1,000 días de Gobierno" en los que se incluye la pandemia de COVID-19 y "muchos creen que la inflación", que puede cerrar este año en cerca del 10 %, es consecuencia de que "yo sea presidente", dijo a modo de queja.
Según Bolsonaro, la inflación, el elevado desempleo y el resto de los problemas económicos del país son el resultado de las decisiones de gobernadores y alcaldes que "cerraron todo" durante 2020, con las medidas de confinamiento decretadas para combatir una pandemia que aún no está controlada y ha matado a casi 600,000 brasileños.
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Sus detractores consideraron esa actitud como un desprecio a la salud pública del país"Ahora todos pagan la cuenta", enfatizó el mandatario, quien reiteró que su Gobierno "se preocupó tanto por la salud como por el empleo", que "siempre van juntos".
También insistió en que la economía del país, que cayó un 4.1 % en 2020 debido a la pandemia, crecerá cerca de un 5 % este año y aseguró que lo hará también el próximo, en pleno proceso electoral.
"Dicen que soy negacionista, pero me preocupo por la libertad y por los derechos de todos", subrayó.