Los productores tienen una edad promedio de 50 a 60 años; urgen a impulsar el cambio generacional. (ARCHIVO)
El campo mexicano está envejeciendo; tiene una edad promedio de 50 a 60 años entre los agricultores y advierten que urge revertir la situación.
Según la Encuesta Nacional Agropecuaria 2019, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), citada por Reforma, el 45.8 por ciento de los productores hombres en el país son adultos mayores, de más de 60 años; el 44.1 por ciento son adultos plenos, de 40 a 60 años. En contraste, el 8.1 por ciento cae en un rango de edad de 30 a 40 años, y solo el 2 por ciento son jóvenes, de 18 a 30 años.
Este hecho ya comienza a preocupar a las empresas del sector agroalimentario, por lo que se pretende promover el cambio generacional mediante programas que hagan atractivo el trabajo en el campo para grupos más jóvenes.
El problema que se busca atender es hacer que el trabajo en el campo sea una alternativa viable, dado que el interés se ha perdido debido a que en la mayoría de los casos los trabajadores no logran cubrir sus necesidades, según señalan directivos de empresas.
"Es clave que se busque incorporar a la población joven y que vean una alternativa viable, no solo con el objetivo de entrar en lo que es la agricultura y el campo, sino que realmente entren con nuevas ideas que permitan modernizar, entendido desde la vista de adoptar nuevas técnicas y nueva tecnología para lograr la generación económica y el beneficio de las comunidades a las cuales pertenecen", dijo a Reforma David Bello, director general de cadena de suministro agrícola de Cargill México.
Por su parte, Yara México arrancó su programa Mi vocación es la Nutrición, con las Universidades Autónoma de Sinaloa, Autónoma de Veracruz, Autónoma Agraria Antonio Narro, de Guanajuato y la Benemérita de Puebla para generar interés en las nuevas generaciones para trabajar en el campo.
"Como parte de las tendencias que vienen para el sector está el cambio generacional, debemos atraer a los jóvenes y su participación en el campo tiene que ser rentable; estamos lanzando programas con universidades agrícolas para estimular la vocación", indicó Patricia Rodríguez, gerente agronómico de la compañía de fertilizantes minerales. El representante en México del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Diego Montenegro, señaló que el papel del Gobierno es fundamental para asignar recursos para emprendedores, asistencia técnica, información oportuna y políticas de comunicación que permitan el acceso a los jóvenes a la participación.
"Aún hay una brecha muy grande de oportunidades para atraer a los jóvenes, hay esfuerzos que deben realizarse por parte del Gobierno, el fomento a las economías locales es fundamental.
"Ante la pandemia, los jóvenes indígenas y rurales son más vulnerables a la crisis", dijo.