No lo dejes para mañana, fíjate metas y lleva un registro de tus logros para llegar a ser un adulto mayor saludable y pleno.
El envejecimiento o senescencia es el conjunto de modificaciones morfológicas y fisiológicas que aparecen como consecuencia de la acción del tiempo sobre los seres vivos y que supone una disminución de la capacidad de adaptación en cada uno de los órganos, aparatos y sistemas, así como de la capacidad de respuesta a los agentes externos.
El envejecimiento saludable es el proceso de desarrollo y mantenimiento de la capacidad funcional que permite el bienestar en la vejez.
Hay cinco dominios clave de la capacidad funcional, que los factores ambientales pueden ampliar (o restringir) y son: satisfacer las necesidades básicas, aprender, crecer y tomar decisiones, tener movilidad, establecer y mantener relaciones y contribuir a la sociedad.
El envejecimiento saludable, es tan importante que en la Asamblea Mundial de la Salud de 2016, 194 países aprobaron la Estrategia y Plan de Acción mundiales sobre el envejecimiento y la salud (2016-2030) y se establecieron las alianzas para la Década del Envejecimiento Saludable (2020-2030).
A nivel individual, indudablemente hay varias acciones que podemos tomar para alcanzar la meta de lograr una vida prolongada y sana:
• Alimentación adecuada:
A medida que envejecemos nuestras necesidades nutricionales pueden cambiar. Es posible que requiramos menos calorías, pero necesitamos obtener suficientes nutrimentos. Para lograrlo es conveniente comer frutas y verduras, granos integrales, carnes magras, lácteos bajos en grasa, nueces y semillas. Es fundamental mantenernos bien hidratados, bebiendo suficientes líquidos favoreciendo aquellos que no aporten calorías o muy pocas (agua natural, tés y café con moderación).
Para fortalecer nuestro sistema de defensas, necesitamos garantizar un aporte suficiente de nutrimentos como las vitaminas A, C, D, E, B6, B12 y el folato junto con minerales como el hierro (Fe), zinc (Zn), cobre (Cu), selenio (Se) y magnesio (Mg).
• Hacer actividad física regular:
Estar físicamente activo puede ayudar a mantener un peso saludable y evitar problemas crónicos de salud. El tipo, duración y frecuencia de la actividad física dependerá de las condiciones individuales y es muy recomendable contar con la asesoría de un profesional de la salud para saber lo que es más adecuado para cada uno.
• Mantener un peso saludable:
Tener sobrepeso, así como bajo peso puede provocar problemas de salud.
• Participar en actividades que disfrute:
Hacer cosas que gocemos puede ayudarnos a sentirnos más felices y mejorar nuestras habilidades de pensamiento. Hay evidencia que demuestra que quien disfruta de actividades sociales, tienen pasatiempos y disfruta de su tiempo libre tiene un menor riesgo de presentar algunos problemas de salud.
• Desempeñar un papel activo en la atención a nuestra salud:
Es importante hacernos chequeos médicos regulares y dar seguimiento a los exámenes de salud que necesitamos. Debemos saber qué medicamentos estamos tomando, por qué los necesitamos y cómo tomarlos adecuadamente.
• No fumar o dejar de fumar:
Es una de las cosas más importantes que podemos hacer por nuestra salud. Con ello reduciremos el riesgo de varios tipos de cáncer, ciertas enfermedades pulmonares y enfermedades cardíacas.
• Prevenir caídas:
Con la edad aumenta el riesgo de las caídas y que éstas tengan consecuencias más serias como fracturas. Realizarnos chequeos oculares regulares, desarrollar actividad física diariamente y hacer de nuestra casa un lugar seguro puede reducir este riesgo y la severidad de sus consecuencias.