Con 750 mil cabezas de bovino, la mitad del hato de vacas, becerros y sementales que hay en Oaxaca, los ganaderos del Istmo de Tehuantepec, que hasta antes de la pandemia vendían anualmente 300 mil ejemplares en pie al norte del país, tienen un nuevo reto: quieren vender directamente al mercado estadounidense. (ARCHIVO)
Con 750 mil cabezas de bovino, la mitad del hato de vacas, becerros y sementales que hay en Oaxaca, los ganaderos del Istmo de Tehuantepec, que hasta antes de la pandemia vendían anualmente 300 mil ejemplares en pie al norte del país, tienen un nuevo reto: quieren vender directamente al mercado estadounidense.
Para lograrlo, explica el presidente de la Unión Ganadera Regional del Istmo de Tehuantepec (Ugrit), Jorge López Guerra, se debe transitar del estatus actual de "zona de erradicación", al de "zona libre", y para alcanzar esa clasificación, necesariamente se debe contar con un Rastro Tipo Inspección Federal (R-TIF).
Actualmente, ante la falta de un rastro, el sacrificio de unos 60 bovinos por día en Juchitán se hace en los domicilios particulares de las personas que venden la carne en el mercado 5 de Septiembre. Así, la autoridad sanitaria no tiene condiciones para verificar el origen y la salud del animal y sin esa verificación no se puede exportar.