Uno de los principales factores que generan los desbalances financieros radica en este esquema. (ARCHIVO)
¿Sabes reconocer tus gastos hormiga? El café de la tienda de autoservicio o la cafetería, el agua embotellada, los chicles, dulces, las comidas fuera de casa o el servicio a domicilio son gastos que pueden pasar desapercibidos porque su costo no parece representar algo considerable.
No obstante, una persona puede gastar hasta 18 mil pesos al año en comida chatarra o antojitos, de acuerdo a datos de la Condusef. Los denominados “gastos hormiga” parecen inofensivos pero pueden significar un derroche considerable si se realizan continuamente.
Daniel González Torres, analista económico, explicó que, para el consumidor que no es disciplinado, el gasto hormiga es un problema muy serio, porque puede representar hasta el 20 por ciento de su presupuesto, siendo mesurados, en la forma en que gastan algunas personas.
Señaló que la falta de disciplina en las actividades, desde el proceso de elaboración de alimentos hasta la administración de los tiempos y un adecuado manejo de la agenda, por lo que uno de los principales factores que generan los desbalances financieros radica en este esquema de gastos.
"Cuando hacemos un presupuesto, tenemos que distribuirlo entre los gastos fijos de un hogar, 30 por ciento que tiene que ver con los servicios y la alimentación, un 30 por ciento tendría que ver con la educación y transporte, 30 por ciento para un endeudamiento de tipo financiero, una casa, el carro, la tarjeta de crédito, y en la medida de lo posible, un 10 por ciento de ahorro en la elaboración de un proyecto personal hasta juntar para la salida de vacaciones, la compra de regalos, cada quien decide", comentó.
Este sería un funcionamiento básico y equilibrado de las finanzas personales. En estos cuatro elementos no entra considerado el gasto hormiga, por lo que hay veces en que puede alcanzar una representatividad muy elevada en el costo financiero, al grado de mover entre 5 y 20 por ciento de un presupuesto mal llevado.
González Torres recomendó programar los gastos fijos para evitar, por ejemplo, costos de reconexión, en los servicios, o multas, como es el caso de la tarjeta de crédito. Indicó que, la mayoría de las veces, al realizar presupuestos, la gente contabiliza el gasto pero no el ingreso, por lo que, en la medida que se observan los desajustes entre ambos, se puede proyectar mejor el manejo de las finanzas.
Otro tema es considerar los gastos anuales, como el plaqueo, que se convierte en un gasto extraordinario que afecta las finanzas, si no se toma un porcentaje para ello a lo largo del año.
Algunas recomendaciones para reducir estos gastos:
-Lleva un control de tus gastos diarios, semanales o mensuales, según sea el caso. De preferencia de forma escrita (o en tu computadora).
-Imponte un límite de gasto y evita sobrepasarlo.
-Haz una lista de pequeños compromisos a corto plazo para que no pierdas el control de tus recursos económicos.
-Asigna una cantidad fija para gastos por impulso y evita sobrepasar esta cantidad.
-Conserva “tickets” y notas de todas las tiendas a las que vayas, pues te ayudarán a llevar un mejor control de todo lo que gastas.
