Irak ha suspendido hasta nuevo aviso los vuelos a Minsk, después de que Bagdad fuera presionado por la comunidad internacional para frenar la inmigración ilegal de iraquíes que cruzan de Bielorrusia a Lituania, donde en las últimas semanas se ha disparado el flujo de migrantes hacia territorio de la Unión Europea. (ARCHIVO)
Irak ha suspendido hasta nuevo aviso los vuelos a Minsk, después de que Bagdad fuera presionado por la comunidad internacional para frenar la inmigración ilegal de iraquíes que cruzan de Bielorrusia a Lituania, donde en las últimas semanas se ha disparado el flujo de migrantes hacia territorio de la Unión Europea.
Una fuente de la aerolínea nacional Iraqi Airways dijo a Efe en condición de anonimato que, desde ayer, los vuelos a Minsk fueron suspendidos "hasta nuevo aviso".
La decisión, que todavía no se ha hecho pública, se ha tomado por las "presiones" ejercidas por la comunidad internacional "para frenar la inmigración ilegal de iraquíes que van desde Bielorrusia a Lituania", según la fuente.
Asimismo, agregó que sí se están efectuando vuelos para "deportar" a los iraquíes de Minsk a Bagdad.
El embajador de la UE en Irak, Martin Huth, dijo el miércoles a la agencia de noticias BNS que había recibido información sobre la cancelación de los vuelos entre Irak y Minsk para los próximos diez días.
Lituania acusa a Minsk de hacer negocio con el transporte de inmigrantes de Siria e Irak hacia la frontera, número que se ha multiplicado por 20 en relación a 2020.
En declaraciones a Efe, la primera ministra lituana, Ingrida Simonyte, acusó a Minsk de utilizar la inmigración ilegal como "arma política" y defendió los esfuerzos para detener la entrada de ilegales en territorio comunitario.
El presidente, Gitanas Nauseda, pidió hoy a Bruselas mayor asistencia para reforzar la frontera y repatriar a los inmigrantes procedentes del país vecino.
Según fuentes oficiales, más de 4,000 inmigrantes ilegales han cruzado este año la frontera entre ambos países, enfrentados por el apoyo lituano a la oposición bielorrusa desde el estallido de las protestas postelectorales de agosto de 2020.
