Con gran intensidad, continúa su preparación taurina el novillero lagunero Arturo Gilio Quintero. (ARCHIVO)
Con gran intensidad, continúa su preparación taurina el novillero lagunero Arturo Gilio Quintero, quien días atrás volvió a meterse al campo bravo, tomando mayores herramientas para la carrera de torero, en la que nunca se deja de aprender.
El joven espada surgido de la Academia de Cultura Taurina del Coliseo Centenario de Torreón, tuvo días de gran experiencia al ponerse frente a toros bravos, además de intercambiar puntos de vista con taurinos que le comparten sus consejos y observaciones. Durante el pasado fin de semana, Arturo toreó en el cortijo Campo Bravo, en San Juan del Río, Querétaro, donde compartió la lidia con los novilleros Sebastián Ibelles y Juan Pedro Llaguno, quienes enfrentaron a seis toros que les exigieron bastante a los aspirantes a novilleros.
Posteriormente, Arturo y su equipo se trasladaron a Tequila, Jalisco, invitado a tentar en la reconocida ganadería de Pablo Moreno, donde entró al ruedo junto a toros sementales de tremendo trapío y presencia, que igualmente embistieron ante capote y muleta, obligando al novillero a lucir todo su temple y su calidad. Fue precisamente durante su estancia en esa casa ganadera, que Arturo recibió un grato regalo: un retrato al óleo del novillero vestido de luces, obra del artista Ricardo Zaragoza, quien personalmente entregó el artístico lienzo al joven lagunero.