Lagunero recuerda imágenes de su infancia por estos sectores. (VERÓNICA RIVERA)
Entre 2008 y 2009, el mismo llamado de sus raíces instó al fotógrafo lagunero Jesús Flores a enfocar su lente hacia el poniente de Torreón, ese sector histórico que resguarda viejas fincas y demás testigos de la fundación de la ciudad, donde su población se caracteriza por su unión y trata de mantener vigentes tradiciones como la peregrinación al Santuario del Señor de los Rayos en la colonia Mijares, la fiesta patronal de San Juan Bautista en la colonia San Joaquín o incluso el intercambio entre los grupos de danza de matlachines el día 12 de diciembre.
No obstante, todas estas expresiones culturales han pasado a segundo plano en el imaginario torreonense debido a lo que el fotógrafo denomina como “bautizo de fuego”, a esa ola de violencia que tomó residencia en los cerros de esta zona, estigmatizándola ante el resto de la ciudad. Aunque la frase anterior podría quedarse corta y exigir la adición de “ante el resto del mundo”, pues como Flores recalca, además de las balas, también ha sido golpeada por plumas irresponsables que se han beneficiado de sus historias.
Sol del Poniente, la muestra fotográfica de Jesús Flores que desde el 13 se expone en la Galería El Atrio de la Universidad de Guanajuato, arroja una mirada honesta hacia el sector más viejo de Torreón. Sus imágenes registran paisajes y personas, permite la lectura a través de encuadres, desde una mirada interior inserta en los propios barrios y no en el ojeo extranjero de quien visita el área superficialmente.
“Lo ponían como el infierno, pero vinieron cuando el infierno ya no era el infierno […] Muchas veces la narrativa de la gente que quiere venir a documentar, gente que no es de aquí, es hacer creer que la gente tiene la culpa, la gente que vive ahí. ¿Por qué? Porque los adjetivos que manejan para los lugares son de ‘la pirotecnia’, ‘la pobreza’, ‘el infierno’, ‘la sangre’. Y no, a ti te está funcionando porque estás sacando raja del herido que se está muriendo”.
Jesús Flores es oriundo de la colonia Moderna, igual que su madre, mientras que su padre nació en Villa Juárez y desde niño se trasladó al Cerro de la Cruz. Como quien revisa un negativo fotográfico, el lagunero recuerda imágenes de su infancia por estos sectores. Añade que conoce el rostro que el poniente ofrece a cada hora del día, pero que igual a otras personas tuvo que exiliarse y dejar Torreón involuntariamente.
Por eso el nombre de la muestra alude a una frase homérica: “Ulises tiende las velas hacia el sol del poniente para regresar a Ítaca”. Jesús nombra también a su hermano fue encarcelado y con el que pudo mantener la comunicación. Curiosamente, su hermano también se llama Ulises. Así configuró un periplo visual que le permitió distinguir dos tipos de encierros: el del sujeto de manera física y el de él mismo a partir del miedo que había desarrollado.
“La única arma que tenía, porque yo no soy malandro ni cholo, era la cámara. En vez de meterme en problemas, mi cámara me abrió las puertas. Yo llegué hablando con la verdad: ‘Oye, soy fotógrafo. Estoy haciendo un trabajo nada más para dignificar este espacio que ha sido golpeado tanto por las balas como por la pluma de mucha gente. Nada más dame chanza, nomás no me disparen y no vayan a pensar que estoy calentando el cuadro’”.
Entonces, su cámara también fue una llave de honestidad que le permitió abrirse puertas y moverse con libertad en esa área vigilada por centinelas afincados en los cerros. Luego, lo que comenzó como un proyecto personal, terminó siendo financiado con una beca del FONCA en 2011 y fue expuesta por primera vez en 2014 en sitios emblemáticos del poniente como el Hotel Hidalgo.
“Lo que me abrió las puertas fue la honestidad, porque iba a los puntos y antes de pedirle permiso a la autoridad le pedía permiso a ellos. ¿Por qué? Porque iba a andar con un tripie, obviamente iba a andar con gente que me iba a estar ayudando [...] Curiosamente encontré más apoyo en los puntos de venta de droga que en la comunidad artística de aquí de la Comarca. Luego la gente se quiere colgar de ciertos temas y quiere salir en la foto”.
Sol del Poniente también incluye instalaciones y un video que reúne más de 200 fotografías tomadas por el artista, el cual precisamente tiene el discurso homérico del retorno de Ulises a Ítaca. Pero lo que más se acentúa son sus paisajes y retratos de carácter, registros que sólo se pueden lograr teniendo la confianza plena del individuo ganada visita tras visita.
“Cada quien tiene su manera de trabajar, pero alguien que hace trabajos de autor o documentalista tiene que darse a la tarea de desaparecer ante la gente. ¿Cómo desapareces ante la gente? A través del diálogo, de la verbalización de lo que tú quieres, de la confianza para que la gente muestre su lado más honesto”.
La muestra de Jesús Flores fue parte del 49 Festival Internacional Cervantino como representante de Coahuila y estará en la Galería El Atrio de la Universidad de Guanajuato hasta el próximo mes de enero. Después, se pretende que la exhibición de 40 fotografías tenga itinerancia por varias partes del país.
Actualmente, el fotógrafo denuncia haber sido víctima de detenciones arbitrarias por parte de la policía municipal de Torreón debido a su vestimenta y aspecto físico, lo que ha mermado su actividad artística en la zona.