Acudieron veterinarios de México y Estados Unidos, más los que hay en el museo, para darle seguimiento a la salud de la loba.
Una de las historias más tristes del Museo del Desierto es la de una loba americana que a pesar de estar invadida por el cáncer, se aferró a la vida lo más pudo hasta lograr que sus cuatro cachorros lograran sobrevivir a pesar de su ausencia.
"Tenía cáncer desde hace un par de años pero pudo reproducirse y dejar esta camada de cachorros. La mamá loba tenía nueve años de edad, aproximadamente; ella y sus hermanas, creo que eran tres, todas tuvieron cáncer y creíamos que era por una cosa de consanguinidad, pues como había pocos hace unos años, ya que incluso se estaban extinguiendo, creíamos que era esa enfermedad quizás por cruzarse entre hermanos o primos", expuso.
Aunado a lo anterior, comentó que el cáncer que padecía no tenía nada que ver con eso, pues el genetista que ayudo a salvar la especie les confirmaron que no había sido un tema de consanguinidad.
"Ya no queda ninguna de esas hermanas pero nos dejaron a cuatro lobos que aparentemente están sanos… esperamos que no hayan heredado esa condición genética de cáncer. El cáncer la invadió, cuando la veías al final pensabas ¿cómo puede vivir un animal así? ya tenía metástasis por lo menos en el cuello y en la cara", reveló.
Añadió que acudieron veterinarios de México y Estados Unidos, más los que hay en el museo, para darle seguimiento durante un largo periodo.
"Justo nos habían pedido que no la reprodujéramos, pero luego nos dijeron que sí, que había posibilidades, y la verdad es impresionante cómo la vida se aferra a la vida, y gracias a eso nacieron estos cuatro lobitos", afirmó.
Sostuvo que vivió más de lo que pensaban, pues decían que no se podía reproducir por que no iba a vivir hasta reproducirse.
"Yo creo que la condición de que se embarazo le generó las defensas suficientes para sobrevivir más tiempo y para poder amamantar a sus cachorros por lo menos mes y medio, y luego fue tan difícil que ya no hubo manera", concluyó.